Me da que pensar lo activos que han estado últimamente los Cichella, Ortí, Soriano... me da que pensar el partido que han tomado los medios en el asunto, y me entristece como entre todos han hecho que un buen chico, normal y de pueblo, termine dando una imagen lamentable de sí mismo.
He plasmado mis reflexiones en un pequeño tocho.
No tienen categoría para humillarle escribió:¿Quién habrá estado aconsejando a Albelda en el caso de su inexistente despido?, ¿quién habrá estado moviendo los hilos desde las sombras? podríamos hacer muchas especulaciones al respecto, de lo que no tendo dudas es de que Albelda ha sido un tonto útil para alguien.
Lo de demandar a tu club porque el entrenador no te alinea es de bombero torero, una idea ridícula, una idea en la que han hecho creer a un Albelda dolido en su orgullo.
Albelda, dentro de su microcosmos repleto de aduladores y de éxito, no se ha parado a pensar ni por un minuto que la situación que vive es una situación normal e inevitable en la carrera de un futbolista. No ha pensado que, pese a ser el jugador de la plantilla en el que el Valencia invierte más dinero, el entrenador podría considerar que otros compañeros ofrecen mejores prestaciones en lo deportivo.
No es ningún perjuicio ni debería ser motivo de vergüenza no estar entre las preferencias del entrenador, es una posibilidad que existe para todo deportista y está en la personalidad de cada uno el cómo afrontar las adversidades. En el mundo del futbol teníamos todo tipo de ejemplos...todos menos este.
Hay ejemplos de profesionales que asumen su nueva situación y trabajan por revertirla, así lo hizo Beckham en su último año como madridista.
Hay casos como los de Rufete o Palop en que el jugador, dando una lección de dignidad, se marcha a otro equipo y sigue cosechando éxitos.
En Riquelme teníamos incluso el ejemplo de cómo encajar estas situaciones con poca elegancia.
Pero faltaba el ejemplo que nos ha dejado Albelda. El ex-capitán evidenciando sintomas de vivir alejado de la realidad, entendió su nueva situación como una estratagema urdida por el club con el único fin de humillarle. Se apresuraron algunos interesados en reforzar su particular visión del mundo.
Decía Albelda "no tienen categoría para humillarme", pero se equivocaba Albelda señalando en la dirección equivocada: efectivamente las personas que te han hecho humillarte no tienen categoría, pero no encontrarás a esas personas dentro del Valencia CF.