- Nos obligan por Ley a todos los clubes a convertirnos en SAD, menos a los cuidadosamente elegidos (y dos que se colaron de rebote, al cumplir los requisitos que se inventaron para salvar de ser SAD a esos clubes elegidos).
- Abierta la puerta a los inversores y el tema accionarial, muchos de los clubes de España acaban en manos de tiburones del mercado. Cada cual con el suyo propio y cada cual llegando a esa salida por tras su propio viacrucis de estupideces de sus gestores durante años y de aplausos de sus aficionados por las grandezas que traerían esos grandes hombres llegados de lejanas tierras con oro incienso y mirra. Eso sí, todos cortados por el mismo patrón salido del infierno.
- Crean unas leyes/normativas que condicionan la inversión y limitan la libre disposición y el libre endeudamiento de esas SAD, bajo slogans buenistas y demagogos y bajo supuestos fines de "juego limpio" aka fair play. En nombre de todas las cosas buenas, tú, inversor y tú, club, no podéis endeudaros lo que os salga del nabo ni tener libertad empresarial ninguna, sólo la que os dejemos que tengáis. Grilletes para todos y supervisión de papá "Estado" (la liga, en este caso). Eso sí, para los clubes cuidadosamente elegidos palancas y re-palancas, cuando no árbitros a sueldo y lo que te rondaré morena.
- LLegados a este punto 3/4 de los clubes de España están en la ruina, son propiedad de fondos o sátrapas foráneos, no tienen margen para tomar decisiones económicas o de riesgo que les permitan liberarse de los grilletes y crecer rápido, y el coto privado de caza en el que 2 cazadores son los que tienen que matar a todas las piezas cada vez es más evidente, cuando te das cuenta que con el tinglado montado, los que compraron clubes por decenas y decenas de millones ya no invierten en ellos ni tienen interés salvo en venderlos, porque en esta timba de póker las cartas están marcadas y el croupier es un ladrón y ni lo disimula.
- La conclusión que te queda es una liga miserable con un nivel medio bajísimo una desinversión clarísima y un ratio de clubes-perdedores que asusta. Grandes clubes históricos convertidos en comparsas, clubes mediocres que jamás saldrán de eso y, al final, una liga escocesa 2.0 pero peor, porque aquí encima van con ínfulas desde los estamentos.
- Y encima, dentro de esas normativas y "juegos limpios financieros" y todos esos condicionantes impuestos, en el colmo del estado policial más Orwelliano que te puedas imaginar, encima, digo, te ponen cámaras en las gradas y a cualquier aficionado que ose chillar la mínima o llamar sinvergüenza al sinvergüenza que en suerte le ha tocado en su club, a ése le cae todo el peso de la ley, todo el rigor de las normativas buenistas de piel fina que no permiten la más leve mirada a nadie y todas las sanciones y todos los juicios civiles habidos y por haber. Porque el "Estado" no tolera revolución alguna, ni atentado alguno contra el Statu Quo montado. Que muchos son los que sacan tajada de él y hay que defenderlo, aunque la liga española, otrora envidiada por todos, cada vez de más ascopena y sea menos intrascendente e interesante.