Es

A ése hombre le pegaban de pequeño ¿no?
Està de puta mare :Dtonino escribió:Pues yo la otra noche vi " Apocalipto " o algo así de Mel Gibsson que no la había oío en la vida...
Es![]()
A ése hombre le pegaban de pequeño ¿no?
Gartenzwerg escribió:Hoy Dios va a matar unos cuantos gatitos:
Bajando BAD TASTE
No hay que confundir peli de culto con peliculonSr_Munny escribió:
Que dices chorra!!!!
Si eso es un peliculón![]()
Peliculóntonino escribió:Pues yo la otra noche vi " Apocalipto " o algo así de Mel Gibsson que no la había oío en la vida...
Es![]()
A ése hombre le pegaban de pequeño ¿no?
Vaya que si. Es más desde que la ví por primera vez hasta hoy la han vuelto a repetir 2 o 3 veces y la he vuelto a ver, me engancha la dichosa peliculita.Mario Alberto escribió: Peliculón
Eso iba a decir, que ya será mala, pero al menos viendo a esta gente sabes a quien estan representando.CHR escribió:Lo más triste es que esta incluso será mejor que la supermierdaproducción que hicieron para la gran pantalla hace relativamente poco.
Critica en El Pais:¡Larga vida al Capitán Truño!
No sé ni por dónde empezar...
Todavía me hallo en estado de shock.
Me ha salido gratis ver este zurullo, ¡y menos mal!
El guión no termina de ser malo, pero la interpretación ha sido lo que me ha ganado. En dos palabras: IM-PRESIONANTE
El gran elenco de actores españoles no ha dejado el listón bajo y nos ofrece diálogos sosos, caras poco creíbles y duelos a espada que no se los cree ni el tato.
La película es horrorosa, no he podido ni siquiera pensar en la historia, porque cada dos segundos la pésima interpretación de sus protagonistas me abofeteaba sin compasión.
Lo mejor: los "atributos" de la protagonista
Lo peor: que tengan la vergüenza de sacar este pedazo de truño en los cines
spoiler:
En caso de que os aventuréis a verla (recomiendo bajarla, no creo que sea delito bajarse algo semejante), fíjaos atentamente en la muerte del que llaman Mago. Una interpretación de 10...
Desde que, hace 12 años, Juanma Bajo Ulloa comenzase a preparar una película sobre El Capitán Trueno, mítico tebeo creado en 1956 por el guionista Víctor Mora Pujadas y el dibujante Ambrós, se ha escrito con reiteración en los medios de comunicación que estábamos ante un proyecto maldito, por el que han pasado variadas productoras y diferentes realizadores en potencia. Pero, salvo rarísimas excepciones, no hay proyectos malditos. Solo hay proyectos insensatos o películas deformes. O ambas cosas al mismo tiempo, como ocurre con la versión que finalmente llega a las pantallas, El Capitán Trueno y el Santo Grial, levantada por Pau Vergara desde el guion y la búsqueda de financiación, y culminada en última instancia desde la dirección por Antonio Hernández, uno de esos profesionales con fama de resolver cualquier entuerto (Los Borgia fue un buen ejemplo), pero que en este caso no parece haber hecho mucho más que terminar de rematar al moribundo. De hecho, hay que frotarse los ojos con papel de lija para intentar vislumbrar en este producto al guionista y director de aquella excelente En la ciudad sin límites (2002).
La larguísima primera secuencia, de unos 20 minutos de duración, con varias acciones en paralelo, cojitranca de ritmo, y sin el menor sentido del espacio ni del tiempo, ya pone el listón a bajísima altura nada más comenzar. Sin embargo, el nivel no logra siquiera estabilizarse. La dirección de actores es simplemente inexistente: Sergio Peris Mencheta, al menos, no arriesga, y así no la fastidia; otros, en cambio, no han entendido que incluso para sobreactuar hay que tener talento, y unos cuantos con papeles principales (Adrián Lamana, como Crispín; el exlanzador de peso Manolo Martínez, como Goliat; Natalia Yarovenko, además de la presentadora Jennifer Rope) no desentonarían en una obra de fin de curso en el teatrillo del instituto. Hernández, a pesar de los ralentís, no consigue encauzar una sola secuencia de acción, y la música, con la fanfarria de Piratas del Caribe como evidente modelo, parece estar siempre a punto de descabalgarse del ritmo de montaje.
En principio, con los tiempos que corren, adaptar con fidelidad un tebeo en el que cuando a un personaje le sorprende algo grita "¡Cáspita!", y en el que las cosas no se hacen rápidamente sino "en un periquete" puede provocar la risa floja de más de uno. Si a ello se une todo lo anterior, lo que queda es un involuntario ejercicio de comedia (en el pase para la prensa ha habido incluso irónicos aplausos) que no se sabe a quién enfadará más, si a los neófitos o a los fanáticos del tebeo.