Como ya he comentado anteriormente mi empresa iba camino de desaparecer, y esta semana se ha confirmado: ERE con despìdo colectivo y posterior suspensión de pagos-concurso de acreedores y quiebra por insolvencia final.
Esta tarde firmamos los veintitantos que quedamos la aceptación del ERE, ya que las perspectivas son de trabajar sin cobrar para terminar igual. Nos pagan 20 días por año trabajado, que no está del todo mal para los que llevamos más de 10 años.
Ya puestos voy a explicar un poco la trayectoria hacia la muerte de la empresa. Se trata de la típica empresa con dos socios dedicada a las instalaciones para edificios de viviendas, unifamiliares y construcciones de uso público (hoteles, escuelas, oficinas y administrativos, etc..) de tamaño medio (25-35 trabajadores).
Durante el boom inmobiliario la empresa ha funcionado bien, dando beneficios regularmente y seleccionando trabajos y sin incidencias. A partir de 2.006 el mercado de vivienda nueva empieza a caer y ya hay mucha menos contratación de este tipo y menos "seleccionada". Se decide apostar por la obra pública con las "grandes" y se transforma el criterio de negocio totalmente.
A principios de 2.008 empiezan los problemas: impagados de pequeñas promotoras que no venden sus viviendas, unos 50-60.000 €. Seguimos adelante. Durante la primavera de 2.008 Seop suspende pagos y nos añade 200.000 € al agujero.
El departamento financiero "descubre" que las constructoras "grandes" no cumplen los plazos establecidos de pago y retrasan sucesivamente los mismos: hablamos de pasar de cobrar de 180 días (contrato) a un mes o más después, por tanto se multiplican los gastos financieros. Perdemos capacidad de compra y nos rebajan el crédito en todos nuestro proveedores, además los bancos no renuevan dos de las pólizas de descuento por "orden de la dirección central". Empezamos a ahogarnos, estamos en otoño de 2.008. Los trabajadores empezamos a cobrar en dos o tres plazos, no hay dinero en caja.
En noviembre empieza la agonía real, no podemos comprar prácticamente con el crédito que disponemos y empezamos a fallar en obra: nos penalizan económicamente, y se retienen pagos. No podemos pagar a proveedores y empieza el baile de impagados. Al banco no vayas por que eres un apestado. No cobra nadie en diciembre, ni empleados ni proveedores ni subcontratistas; se renuevan pagarés, huida hacia delante.
En enero llega el balance de 2.008: pérdidas por 350.000 €, la mayoría incobrables.
