Españeta (Be Water My Friend)
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Bernardo España, Españeta, iba para futbolista. Jugaba de extremo en el Huracán de Ruzafa. “Era el siete clásico; regateaba, hacía dribling, túneles, daba centros, marcaba goles...” Su sueño era llegar a jugar en el Valencia de los míticos Epi, Amadeo, Gorostiza... Cuando apenas tenía 16 años sufrió un grave accidente yendo en moto con su hermano. Se rompió el tendón de Aquiles y además todas sus ilusiones. “Los médicos le dijeron a mis padres que tuve suerte, que podía haberme quedado cojo. Desde ese momento tomé miedo y dejé de jugar. Pero siempre he tenido una gran habilidad con el balón y cuando lo tengo en los pies nadie me gana. El control de la pelota es fácil para mí porque he ensayado mucho en esta vida. Le daba quinientos golpes sin que cayera al suelo. Primero la derecha y, cuando me cansaba, continuaba con la izquierda. Y para entretenerme leía el Marca o me fumaba un Montecristo”, añade riendo.
Aquel torbellino que hacía estragos por la banda derecha en campos de tierra y piedras, colgó sus botas pero emprendió un nuevo camino: cuidar de las botas ajenas. Y nació el mítico Españeta, que lleva más de cuarenta años como utillero del Valencia. “La verdad es que hubiera dado la vida por ser futbolista, pero he sido y soy muy feliz en mi trabajo”. Tras un periodo de seis o siete años como recogepelotas en el Mestalla, Españeta llegó al Valencia. En los primeros años trabajó y se formó a las órdenes de Ricardo de la Virgen.
La historia de Españeta ha sido publicada recientemente por Carena Editors. Se trata de un libro escrito por el periodista Federico Chaine, que recoge lo que denomina Memorias secretas del Valencia CF. “Y más cosas que podría haber contrado”, afirma riendo. Bernardo España nació en el valenciano barrio de Ruzafa el primero de mayo de 1938 y aunque ya está en edad de jubilarse, sigue diariamente al pie del cañon. “Quizá lo haré al final de esta temporada o de la que viene. De momento me siento con fuerzas para seguir, aunque ya son muchos años. Espero que el club se porte bien conmigo”, dice.
Españeta acude temprano a la Ciudad Deportiva de Paterna para llevar a cabo su labor cotidiana. “Trabajo de sol a sol... y también los días nublados”, bromea al tiempo que ríe de buena gana. La vida de Españeta está repleta de anécdotas que él nunca se cansa de recordar. Su conocida habilidad para imitar las firmas de los futbolistas –”siempre lo he hecho con el permiso de ellos”, apostilla– le llevó en cierta ocasión a cruzar una importante apuesta con su hermano Mario Kempes.
Fueron juntos a un banco y mientras el Matador esperaba en la puerta, Españeta entró en la entidad con la intención de cobrar un talón de cien mil pesetas de la cuenta del futbolista, pero rubricado por él. “Cuando salí con el dinero Mario se echaba las manos a la cabeza. Eres un boludo me gritaba, y me dio la mitad del dinero. Mario para mí es más que un hermano.” Precisamente con Kempes también mantuvo repetidos retos en los prolegómenos de cada partido. Tras el calentamiento, el delantero argentina se situaba junto a la portería y de un fuerte chut envíaba el balón hacia la banda, en parábola El desafío consistía en que Españeta debía detenerlo con un solo toque. “Y lo conseguía siempre”, añade con satisfacción. Españeta tiene un perro al que puso el nombre del defensa francés Angloma. La historia se antoja un tanto surrealista “Es un animalito que hace tres años recogimos mi mujer, Charo, y yo. El pobre lo estaba pasando muy mal. Lo bautizamos con el nombre de Angloma, con permiso del jugador ¿eh?, porque como él mismo reconoció tiene toda su cara. Son iguales. Incluso se sacó una foto de recuerdo con el perro.”
¿Quién ha sido el mejor jugador?
Mario Kempes y Servaas Wilkes.
¿Y el más elegante?
De siempre ha sido Paquito. Pero de la actual plantilla, Amedeo Carboni.
¿El más técnico?
Ha habido muchos futbolistas de gran calidad. Recuerdo a Solsona, Subirats...
¿El más presumido?
De los de ahora, Cañizares.
¿El futbolista más simpático?
Ha habido muchos. Giner, Rep, Saura, Karpin... De los de ahora, Albelda, Mista y Angulo.
¿Sempere ha sido el más serio?
Siempre he dicho que él, aunque ahora creo que le gana Sissoko.
¿El más exigente?
Vicente.
¿Quién es el más generoso?
Hay dos, Carboni y Salva Ballesta.
¿Y el más tacaño?
De esos hubo y hay varios.
¿Qué jugador es el más sencillo?
Pablo Aimar.
¿Alguno fuma?
Yo no he visto que nadie de la actual plantilla fume. En otras épocas sí. Mundo, por ejemplo, fumaba mucho.
¿Cuál ha sido o es el más trabajador?
Roberto Fernández. Con él tengo una relación muy buena.
¿Quién es el jugador más sensible?
Albelda.
¿El mejor entrenador?
Alfredo di Stéfano.
¿Es quien mejor leía los partidos?
No. Ese es Luis Aragonés.
¿Y Ranieri?
Un segundo padre para mí.
¿Con qué directivo se lleva mejor?
Con Vicente Andreu. Nos conocemos hace más de veinte años.
¿Y de épocas anteriores?
Con Vicente Alegre, Enrique Roig y Antonio Vic.
Aquel torbellino que hacía estragos por la banda derecha en campos de tierra y piedras, colgó sus botas pero emprendió un nuevo camino: cuidar de las botas ajenas. Y nació el mítico Españeta, que lleva más de cuarenta años como utillero del Valencia. “La verdad es que hubiera dado la vida por ser futbolista, pero he sido y soy muy feliz en mi trabajo”. Tras un periodo de seis o siete años como recogepelotas en el Mestalla, Españeta llegó al Valencia. En los primeros años trabajó y se formó a las órdenes de Ricardo de la Virgen.
La historia de Españeta ha sido publicada recientemente por Carena Editors. Se trata de un libro escrito por el periodista Federico Chaine, que recoge lo que denomina Memorias secretas del Valencia CF. “Y más cosas que podría haber contrado”, afirma riendo. Bernardo España nació en el valenciano barrio de Ruzafa el primero de mayo de 1938 y aunque ya está en edad de jubilarse, sigue diariamente al pie del cañon. “Quizá lo haré al final de esta temporada o de la que viene. De momento me siento con fuerzas para seguir, aunque ya son muchos años. Espero que el club se porte bien conmigo”, dice.
Españeta acude temprano a la Ciudad Deportiva de Paterna para llevar a cabo su labor cotidiana. “Trabajo de sol a sol... y también los días nublados”, bromea al tiempo que ríe de buena gana. La vida de Españeta está repleta de anécdotas que él nunca se cansa de recordar. Su conocida habilidad para imitar las firmas de los futbolistas –”siempre lo he hecho con el permiso de ellos”, apostilla– le llevó en cierta ocasión a cruzar una importante apuesta con su hermano Mario Kempes.
Fueron juntos a un banco y mientras el Matador esperaba en la puerta, Españeta entró en la entidad con la intención de cobrar un talón de cien mil pesetas de la cuenta del futbolista, pero rubricado por él. “Cuando salí con el dinero Mario se echaba las manos a la cabeza. Eres un boludo me gritaba, y me dio la mitad del dinero. Mario para mí es más que un hermano.” Precisamente con Kempes también mantuvo repetidos retos en los prolegómenos de cada partido. Tras el calentamiento, el delantero argentina se situaba junto a la portería y de un fuerte chut envíaba el balón hacia la banda, en parábola El desafío consistía en que Españeta debía detenerlo con un solo toque. “Y lo conseguía siempre”, añade con satisfacción. Españeta tiene un perro al que puso el nombre del defensa francés Angloma. La historia se antoja un tanto surrealista “Es un animalito que hace tres años recogimos mi mujer, Charo, y yo. El pobre lo estaba pasando muy mal. Lo bautizamos con el nombre de Angloma, con permiso del jugador ¿eh?, porque como él mismo reconoció tiene toda su cara. Son iguales. Incluso se sacó una foto de recuerdo con el perro.”
¿Quién ha sido el mejor jugador?
Mario Kempes y Servaas Wilkes.
¿Y el más elegante?
De siempre ha sido Paquito. Pero de la actual plantilla, Amedeo Carboni.
¿El más técnico?
Ha habido muchos futbolistas de gran calidad. Recuerdo a Solsona, Subirats...
¿El más presumido?
De los de ahora, Cañizares.
¿El futbolista más simpático?
Ha habido muchos. Giner, Rep, Saura, Karpin... De los de ahora, Albelda, Mista y Angulo.
¿Sempere ha sido el más serio?
Siempre he dicho que él, aunque ahora creo que le gana Sissoko.
¿El más exigente?
Vicente.
¿Quién es el más generoso?
Hay dos, Carboni y Salva Ballesta.
¿Y el más tacaño?
De esos hubo y hay varios.
¿Qué jugador es el más sencillo?
Pablo Aimar.
¿Alguno fuma?
Yo no he visto que nadie de la actual plantilla fume. En otras épocas sí. Mundo, por ejemplo, fumaba mucho.
¿Cuál ha sido o es el más trabajador?
Roberto Fernández. Con él tengo una relación muy buena.
¿Quién es el jugador más sensible?
Albelda.
¿El mejor entrenador?
Alfredo di Stéfano.
¿Es quien mejor leía los partidos?
No. Ese es Luis Aragonés.
¿Y Ranieri?
Un segundo padre para mí.
¿Con qué directivo se lleva mejor?
Con Vicente Andreu. Nos conocemos hace más de veinte años.
¿Y de épocas anteriores?
Con Vicente Alegre, Enrique Roig y Antonio Vic.
- Odín
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- Registrado: 29 Jul 2006 17:50
- Ubicación: Valencia
Hablando de Españeta, ¿visteis las imágenes del partido contra el Zaragoza? Después del gran homenaje que le hizo la afición a Aimar, Españeta iba a saludarle y quiso hacer como si no lo hubiera visto. Tuvo que cogerlo el mismo Españeta y darle un beso porque Aimar no quería hacerle ni caso
GRANDE ESPAÑETA :!:
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- Patricio Lapipol
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