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El Valencia asume que se precipitó al fichar a Alves

Cuando se contrató al brasileño aún no había irrumpido Guaita y ahora César, al que se quiere renovar, puede ser el gran perjudicado


Diego Alves, todavía guardameta del Almería, no ha entrado con buen pie en el Valencia, donde jugará a partir de la próxima temporada. Responsables de la parcela técnica valencianista así lo han reconocido a LAS PROVINCIAS y asumen que se precipitaron en su contratación. Sin embargo, existe un atenuante al acuerdo alcanzado hace meses: entonces no había irrumpido Vicente Guaita quien desde que empezó a jugar se ha revelado como un arquero con todas las garantías para defender la portería del equipo de Mestalla, con el que en breve se rubricará un nuevo contrato de mayor duración.

El compromiso adquirido con Diego Alves, que en circunstancias normales supondría la adquisición de un refuerzo de lujo, se ha convertido ahora en un problema de difícil solución. Por un lado, el Valencia se encuentra en estos momentos con que tiene a cinco guardametas; los tres que hay en la actual plantilla, César, Moyà y Guaita; el cedido Renan y el fichado Diego Alves.

La mayor preocupación entre los técnicos valencianistas, sin embargo, llega por otra parte y tiene un nombre propio: César Sánchez. El club se encuentra ahora atrapado entre dos frentes sin saber por cuál de ambos inclinarse. Los intereses son contrapuestos. Quiere renovar un año más al veterano guardameta, como reconocimiento a su labor desde que llegó. Pero se encuentra con que si lo hace puede reunir en la plantilla de la próxima temporada hasta a cuatro cancerberos.

Semejante situación hace que el Valencia se pueda ver ante la necesidad de agradecer los servicios prestados a César Sánchez y prescindir de él. Y no es lo que desea, pues existe el convencimiento de que su presencia una temporada más en la plantilla puede ser muy beneficiosa. Los técnicos aseguran que el futbolista extremeño asume a la perfección el rol que debe desempeñar, como lo ha venido haciendo desde que llegó al club. Le consideran un excelente profesional, de los que hace grupo y, además, su rendimiento ha sido alto cuando le ha tocado jugar.

La única alternativa que se atisba en el Valencia para deshacer el entuerto es dar salida a Miguel Ángel Moyà, un guardameta de magníficas condiciones que no ha tenido suerte durante su estancia en Mestalla. Sin continuidad, la desgracia le ha perseguido. Tuvo apariciones en el equipo en las que estuvo poco afortunado y, cuando las cosas le rodaron bien, las lesiones le impidieron continuar bajo los palos. Moyà está disgustado y desea marcharse. Pero el Valencia pagó cinco millones por él y tampoco puede malvenderlo. Con Renan, la intención de los técnicos es que ni siquiera aparezca por Valencia el próximo verano. De ahí que se esté trabajando para encontrarle acomodo.

Por si todo ello fuera poco, hay preocupación por el rendimiento que ha tenido Diego Alves en el Almería durante la segunda vuelta de la Liga que toca a su fin. No ha sido bueno, ha bajado el nivel y, como el equipo andaluz ya está descendido a Segunda División, Olabe decidió prescindir de él y que sea Esteban el que esté jugando.

La situación no tiene marcha atrás. Diego Alves ha estado recientemente en Valencia buscando vivienda. La próxima campaña peleará la titularidad con Guaita y no se sabe si también con César y Moyà. Demasiados gallos parecen como para que reine la tranquilidad necesaria.