Al United le hubiera pasado lo mismo
Os doy mi palabra de honor que mi intención no es cubrir el ridículo que hizo el Real Madrid en Santo domingo, que mi propósito no es maquillar un partido que pasará a la historia negra del madridismo. No. Mi objetivo es otro. Es alabar el trabajo de un equipo humilde, con jugadores modestos que se han convertido en héroes.
Sí, queridos blogeros, héroes. HÉROES. Futbolistas que no ganan dinero como para jubilarse a los 30 años, que muchas veces hasta les cuesta dinero, que por supuesto no firman autógrafos, ni dan ruedas de prensa, ni tienen glamour, ni están rodeados de mujeres y "amigos". No, nada de eso. Son gente que seguro que sus seres queridos les han recomendado más de una vez que abandonen el fútbol. Que lo dejen. Que sólo les genera problemas y sufrimientos. Pero ellos no hacen caso.
No hacen caso porque aman este deporte, aman la competición, aman las porterías, las redes, el olor a reflex, las duchas frías post-partidos en campos perdidos de la mano de Dios. Son raros. Probablemente, rarísimos. Pero de vez en cuando se demuestra que no son locos. Alguna vez vemos cómo simples mortales, míseros jugadores de fútbol, se quitan la camiseta y se ponen una capa. Y vuelan. Y la gente les vitorea. Porque ya no son mortales. Porque su hazaña se recordará siempre. Porque sus nombres no se olvidarán jamás. Porque, amigos blogueros, de vez en cuando, muy de vez en cuando, estos jugadores se transforman en héroes.
Los jugadores del Alcorcón volaban. Iban mucho más rápido que los del Madrid. Les pasaban por la derecha y por la izquierda. Les arrancaban las pegatinas. Una y otra vez. Sin descanso. Pero además, jugaron al fútbol como los ángeles. Tocando, desmarcándose, presionando, con una concentración absoluta. Unos se jugaban la vida; los otros, la merienda. Y se notó. El Alcorcón dio un baño histórico que puso histérico al Madrid.
Pero no os engañéis. No fue un problema de actitud de los de Pellegrini. Hicieron lo que pudieron. Lucharon y pelearon muchísimo. No se dejaron ir. Con inexplicables lagunas defensivas, pero se sacrificaron. Pero el Alcorcón fue infinitamente mejor. Eso es todo. Jugó mejor, se lo creyó, lo hizo posible. Con todos los honores. De hecho, hubo mayor diferencia futbolística en Santo Domingo que en el 2-6 del Bernabéu de hace unos meses.
Cuando el Alcorcón atacaba, el Madrid temblaba. Le castañeteaban los dientes. Y cuando el Madrid atacaba, los amarillos ponían el muro. Primero, los delanteros. Los medios. La defensa. Y un insuperable Juanma. ¡Qué partido hizo ayer el portero! De chapeau. Y qué decir de Anquela, un entrenador que está pidiendo a gritos una oportunidad en un equipo de superior división, que no categoría. Repito el título del post: al United, al Barça, al Chelsea, a la Juve, al Inter o a cualquier equipo que hubiera pasado ayer por Santo Domingo hubiera caido derrotado. Quizás no por el mismo marcador, pero derrotado al fin y al cabo.
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