“Tengo que revertir esta situación”
Pablo busca recuperar su mejor momento con el Valencia, el que le hizo indiscutible e internacional.
16/02/2011 12:41 | Rafa Monzón | Entrevistas
-¿Qué queda del Pablo que comenzó a jugar en el equipo del Polígono Rafalafena?
-Fue el principio y queda la ilusión. El equipo del Polígono Rafalafena pertenece a un barrio de Castellón donde yo me crié y en el que empecé a jugar desde los 5 años. Tuve la suerte que el entrenador del equipo era mi padre y fue más fácil comenzar en el fútbol. Jugaba con muchos compañeros de clase. Lo que más recuerdo es que jugábamos en un campo de tierra. Los balones se iban a la carretera y a veces los pinchaban.
-Su padre, Alfonso, ¿qué le enseñó?
-Sobre todo, me enseñó a nivel personal, a disfrutar y valorar el momento que estoy viviendo. Al venir de una familia trabajadora, el momento se disfruta más.
-¿Cuál era el jugador que más le llamaba la atención en aquella época?
-Siempre me fijaba en la manera de jugar de Michael Laudrup.
-A los 15 años, el Valencia apuesta por Pablo.
-Pasé por las categorías inferiores del Castellón, los técnicos del Valencia me vieron en varios partidos con la selección valenciana e iniciaron el contacto con mi padre. Así acabé en la Ciudad Deportiva. Se barajaron varías opciones, vivir en Castellón y venir cada día, pero, al final, se decidió que viviera en la residencia de la Ciudad Deportiva. Era mejor para todos.
-¿Le costó adaptarse?
-Al principio, mucho. Yo siempre he sido muy familiar y con 15 años te cuesta dejar a tu familia para venir, pero lo superé.
-¿Con quién coincide de esa generación en la residencia?
-Con muchos aspirantes a futbolistas, unos han llegado, otros no. Entre ellos estaba David Silva.
-Tras varias cesiones, le costó romper en Mestalla...
-Sí. Se dijo que era una decisión precipitada la de mi regreso, pero confiaba en mis posibilidades. Pensaba que podía ser importante en este equipo. Me costó hacerme un hueco, pero al final me llegó el momento.
-La Copa Confederaciones fue un premio al esfuerzo.
-Fue un premio muy importante, culminar un trabajo. Aparte de ganar títulos, la camiseta de la Selección es un sueño para cualquier jugador.
-¿Se palpaba allí que se estaba formando la que sería la Campeona del Mundo?
-Sí. La Selección venía de ganar la Euro y se venía venir que tenía una generación de jugadores que podía hacer algo muy grande. Había calidad, un estilo definido que no tenía ninguna selección en ese momento y un nivel de juego altísimo.
-Y no ir al Mundial fue la gran decepción porque estaba en las quinielas hasta que se recuperó Navas.
-No lo considero una decepción. Claro que me hubiese gustado, ¿a quién no? Pero te preguntas, ¿a quién quito? Y piensas: hay siete u ocho jugadores como yo que también se han quedado a las puertas. Quizás esa es la suerte de España, la calidad que hay. Hay 35 o 40 que están para ir a la Selección en cualquier momento.
-Su carrera es pura competencia: Navas en la Selección y Joaquín en el Valencia.
-La competencia me ha hecho madurar. Me ha obligado a mejorar y a exigirme más. Cuando vine al Valencia sabía que regresaba a un club grande donde la competencia es mucha y no me iban a regalar nada. Y en la Selección hay tres o cuatro jugadores de primerísimo nivel para cada puesto.
-¿Está jugando Pablo esta temporada menos de lo que piensa que debería jugar?
-Uno mismo siempre se pondría en el once y jugaría los 90 minutos. Yo trabajo durante la semana y tengo que estar preparado juegue o no juegue. Eso lo tengo claro, por eso he llegado hasta aquí.
-Hace poco decía que si no jugaba más se replantaría su futuro, ¿lo sigue pensando?
-Mi ilusión es estar toda la vida en este club y ser alguien importante. Pasé de jugar casi siempre y ser llamado por la Selección a no tener minutos, apenas jugar y estar en el banquillo y ni siquiera calentar en la banda. Y eso uno no lo quiere, pero son momentos y hay que aceptarlo. Pero no quiere decir que me quiera ir, lo que tengo que hacer es revertir la situación.
-¿Qué le pide Unai?
-Me pide que ayude al equipo en todos los aspectos, que ponga balones a los delanteros, que pise el área para tener opciones de hacer goles y que trabaje para el equipo. Y tengo claro que nunca me dirán que no he corrido o trabajado. Es muy difícil que todos los partidos te salgan perfectos, pero el trabajo y el sacrificio nunca faltará.
-Recién comenzada la segunda vuelta, ¿cómo analiza su temporada?
-Quizás irregular. He tenido momentos buenos que coincidieron con mi vuelta a la Selección y el gol en el Camp Nou. Luego, el equipo bajó y yo bajé el listón. Ha habido una fase en la que me costó entrar y la más reciente en la que he jugado cinco partidos seguidos. Todos los jugadores tenemos rachas durante la temporada.
-Los jugadores del Valencia han jugado con al menos cuatro sistemas de juego esta temporada.
-Es cierto, pero eso dice que somos un plantilla muy amplia, con jugadores de distintos estilos y con muchas posibilidades de jugar de una manera u otra. También el rival puede condicionar, aunque creo que la filosofía del equipo sigue siendo la misma, aunque cambie el sistema.
-Mejor con un punta o con Aduriz y Soldado como pareja atacante en el once.
-El Valencia está muy acostumbrado a jugar con un punta y un segundo punta; era un sistema más ideado para jugar entre líneas, con mucha movilidad en el mediapunta por delante de los pivotes y detrás del delantero. Pero teniendo dos rematadores como Aduriz y Soldado también es muy positivo jugar con dos puntas.
-Lo que nadie le quitará ya es el gol en Old Trafford ante el Manchester United.
-Sí, fue muy bonito. Son goles especiales, por el escenario y porque nos clasificamos para la siguiente ronda de la Champions.
-Hay quien echa de menos en Pablo más carácter, tanto fuera como dentro del campo.
-Puede ser, pero te aseguro que yo soy el primero que se cabrea y hace autocrítica cuando no salen las cosas. Pero cada uno es como es y puede que me cueste sacarlo hacia fuera. También pienso que no es bueno hacer cosas que no sientes de verdad.
-El Valencia gana y gana, pero los resultados son mejores que las sensaciones. Ganan, pero no enamoran.
-La única verdad del fútbol son los resultados. Cuando acabe la temporada nadie se acordará si contra el Espanyol y la Real, que en ambos partidos ganamos 2-1 casi al final, fue un buen o un mal partido. Lo que se valorará es que al final, cuando se mire la clasificación, el Valencia sea tercero con 75 puntos y que se haya conseguido el objetivo de la Champions. En ocasiones juegas bien y pierdes y, en otros momentos, no tan bien y sacas los partidos adelante, que es como nos está pasando.
-¿Aburre jugar en una liga como la española con dos equipos luchando por el título?
-Da rabia no poder luchar de tú a tú con Barça y Madrid. Están un paso por delante del resto y esperamos que no dure demasiado, que volvamos a ver a más de dos equipos compitiendo por la Liga.
-¿Qué estilo le gusta más, Barça o Madrid?
-Es más vistoso y a todos nos gusta más el tiki-taka del Barça. Es increíble el nivel de juego que está manteniendo durante tanto tiempo. Es algo que será difícil verlo en un futuro. El Madrid tiene otro estilo, mucho más directo, mucho más vertical. No da tanto espectáculo en cuanto a toques y posesión, pero también es una forma válida para ganar.