Llorente consigue "gripar" el rodillo mediático de Florentino
La presión desde Madrid, el enfado de Tamargo, la serenidad de Llorente... y David Villa
Enviado por
Paco García 
Ayer fue una tarde entretenida. Arrancó con
Jose Luis Tamargo, representante de David Villa, echando
espumarajos por la boca en plena reunión con
Manuel Llorente y Javier Gómez. Una reunión
tensa como las cuerdas de una guitarra, y que al cabo de hora y media dejó dos comparecencias públicas
diametralmente opuestas: el resquemor y
la indignación de Tamargo contrastaban con la fuerza y
rotundidad de Llorente. El primero se quedó sin un
buen “pellizco” de comisión que pudiese alegrarle la época estival; el segundo dio
una de las mayores bofetadas públicas a los medios de comunicación madridistas que se han visto en los últimos años.
Pero el golpe sobre la mesa de Manuel Llorente debe analizarse en el contexto del
bombardeo comunicativo indiscriminado que hemos padecido en las últimas semanas. Han sido
días duros para los aficionados valencianistas, que han sufrido en sus carnes el
“rodillo mediático” de Florentino Pérez en toda su magnitud. Prensa escrita, informativos televisivos, páginas web, programas radiofónicos… Seguro que, en un ejercicio de repaso mental, no os cuesta mucho adivinar
cúales están bajo la influencia del “Ser Superior”: a qué periodistas les filtra noticias, rumores, fichajes o datos de forma
interesada y calculada. De ahí surge el artificioso e inventado acuerdo por Villa con el que llevan
martilleando nuestras cabezas durante semanas, y de ahí surge uno de los motivos que han colmado la paciencia de Manuel Llorente:
el respeto. O más bien, la falta del mismo con el Valencia.
El giro que se le da a todas las declaraciones sobre el “caso Villa”, destinado a
engrandecer al Madrid y demonizar al Valencia, se ha exacerbado en las últimas horas. Tampoco hace falta
ser un genio para advertir a la afición valencianista que debe estar, ahora más que nunca,
en guardia. En DEF-CON 2. Ayer mi compañero
Manolo Montalt (Radio Nou) lo expresó a la perfección:
“En los próximos días, se va a poner al Valencia CF al mismo nivel que la prisión de Guantánamo”. Es imposible encontrar un símil más adecuado a reportajes, artículos de opinión y editoriales que en las últimas horas hablaban de “secuestro” de Villa o de las “lágrimas” del futbolista por no poder salir del club.
Con un par. Y sin vergüenza ni rubor alguno.
En esta historia de
falsedades, mentiras interesadas y medias verdades que siempre benefician a los mismos, el papel de
Tamargo es quizá el más sencillo de comprender: el buen hombre simplemente quiere
“trincar” su correspondiente comisión, como lleva haciendo desde que es representante del “Guaje”. Villa fichó por el Valencia en
junio de 2005, y en cuatro años se le ha aumentado su ficha y ampliado el contrato
ya en dos ocasiones. Y en cada firma, en cada ampliación, el representante
ha hecho caja. No le culparé de intentar
llenarse los bolsillos con el
único jugador de talla mundial que tiene en cartera , pero sí hay que denunciar la frase lamentable de Tamargo aludiendo al
estado de embarazo de Patricia, la mujer de Villa, como
arma arrojadiza hacia la decisión de Llorente de no negociar por el jugador.
Hasta ahí podíamos llegar. Hace falta tener “jeta”, oiga.
El siguiente que debería hacérselo mirar es el señor director del diario Marca. No es el único, cierto, pero sí que es
el ejemplo más flagrante del servilismo florentinesco en el que se ha inmerso la prensa madridista, que
ha perdido el derecho a ser denominada “prensa nacional” porque basa su línea editorial en pregonar a los cuatro vientos las bondades del Real Madrid y atacar cualquier cosa que no “encaje” con esa visión del fútbol actual. Pero,
¿quién es más culpable? ¿El diario que basa sus ventas en
publicar mentiras e informaciones sin contrastar… o el lector que lo compra y, sin reflexionar,
cree a pies juntillas todo lo que publica? En este sentido, debemos dar gracias por
la pluralidad que Internet nos brinda, y que afortunadamente nos permite darnos cuenta de que
en la vida, no todo es el Bernabéu y la Cibeles.
¿Y el futbolista? Se ha hablado de
lágrimas, de caras tristes, de melancolía, de llantos en el hotel de concentración de la Selección Española en Sudáfrica. Al contrario que algún que otro
enviado especial con dotes para leer la mente, no me las daré de “enterado” y
no especularé sobre cúales son los deseos del “Guaje”. Pero sí que considero a Villa, por encima de todo,
un tío honrado, trabajador e inteligente. Por eso no me acaba de cuadrar que su deseo sea recalar en un club en el que el que manda, el señor Florentino, no le considera un “jugador-inversión” y no está dispuesto a ofrecer una cantidad digna por su traspaso al Valencia.
¿Veinticinco millones y Negredo? ¿Estamos locos, o qué?
Pero,
a nivel personal, lo que más le duele a quien esto escribe es sin duda la desfachatez de portadas como la del pasado 13 de junio del diario Marca. Ese sello de
“Fichado” sobre el fotomontaje del futbolista, somo si fuese un sobre postal de Correos,
debe pesar como una losa sobre la conciencia de aquellos redactores que llevan casi dos semanas publicando
informaciones falsas sobre el “caso Villa”. Hoy
Manuel Llorente, un tío con el que no jugaría al póker porque me desplumaría al instante,
lo ha dejado cristalino. “Villa no se vende”. Cuatro palabras que, a un jefe de redacción competente y honesto,
le dolerían como un puñal en el estómago. No obstante, me da a mi en la nariz que en los medios madridistas
habrán hecho caso omiso del tema. Ya conocéis el dicho:
“No dejes que la verdad te estropee un buen titular”.