El Barça, sin un euro
Al presidente Rosell no le temblará el pulso en el momento de ejecutar los avales.
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El Barça, sin un euro
Cuando la nueva directiva del Barça entró en el club lo primero que recibió fue una sorpresa mayúscula. El director general Joan Oliver, un hombre gris donde los haya y pieza absolutamente prescindible, tenía que percibir 852.787 de euros como indemnización si Sandro Rosell quería hacer efectiva su primera decisión que, como había anunciado durante la campaña electoral, sería la de ponerle de patitas en la calle por haber encargado a una agencia de detectives el espionaje de varios directivos.
Con tamaña indemnización, Oliver, que percibió por sus dos años de 'trabajo' en el Barça 600.000 euros anuales más otros 300.000 de incentivos, culminaba el ‘atraco del siglo’: casi 2,6 millones de euros por dos años de trabajo. Más que Pedro, Maxwell, Busquets… Una inmoralidad y una vergüenza, como señaló Rosell, cuyo director general, Antoni Rossich, percibirá menos de 300.000 euros al año. Otro finiquito tan escandaloso ha sido el del director de Barça TV, Vicent Sanchis, que fue fichado hace cuatro meses y se ha llevado 80.000 euros de indemnización.
Quiebra, no; pero casi…
Pero al día siguiente otra sorpresa no menos desagradable encendía la primera alarma de su primer mandato: no había ni cinco en caja e incluso los jugadores no habían cobrado la última parte de la ficha, la que se les ingresa el 30 de junio. “No estamos en una situación de quiebra, pero casi”, dijo Rosell en una emisora barcelonesa.
Sin aval ante los bancos
En efecto, “el mejor balance jamás presentado por club alguno”, en palabras del tesorero Xavier Sala Martín, el hombre de las chaquetas de payaso, no aparecía por ningún lado. La primera decisión de Rosell fue pedir un crédito sindicado, liderado por la Caixa, de 150 millones de euros, algo que ya habían intentado en los últimos meses Laporta y Oliver, aunque sin éxito porque el Barça no tiene patrimonio ni contratos avalados que ofrecer como contrapartida a los bancos. La contrapartida ofrecida por el dúo Laporta-Oliver fue el 15% de las subidas de los abonos durante las tres próximas temporadas. Pero Rosell estaba muy lejos de llegar al club con una medida tan poco popular y detuvo la operación. Económicamente Laporta ha dejado el Barça vacío y, por supuesto, mucho peor que Joan Gaspart, que lo dejó casi en la ruina.
Viladecans, bajo sospecha
Ahora el Barça sólo tiene papel mojado y no tiene nada de patrimonio porque los terrenos que Laporta compró en Viladecans por casi 18 millones no valen ni 6 millones, según un perito tasador que es ingeniero agrónomo. Se trata de unas marismas que hay al final de la tercera pista del Aeropuerto de El Prat, que eran propiedad de un club de golf, al que no le dejaron construir ni un hoyo. Rosell ha prometido investigar esa venta que, según el contrato de compraventa, generó una comisión de 3 millones para un desconocido que el nuevo presidente ha prometido desvelar quién es.
Sin patrimonio del agrado de los bancos, más papel mojado para el Barça es su contrato de televisión con Mediapro. Roures y Laporta acordaron que no hacía falta avalar, aunque Roures por petición blanca sí avaló el contrato con el Real Madrid. Precisamente, tras firmar el 11 de junio la prolongación del contrato hasta 2014, siete días después Mediaproducción SL, la filial de Mediapro para los contratos con los clubs de fútbol, se declaró en suspensión de pagos o concurso de acreedores como se llama ahora. ¿Qué bancos son capaces de dar crédito alguno al Barça con la garantía de un contrato cuyo otorgante se halla en suspensión de pagos?
En estos momentos un equipo de auditores está procediendo a examinar con lupa día y noche la situación del Barça, que cerró la era Laporta, según Sala Martín, con una deuda de 326 millones que, sin embargo y según los primeros indicios, puede superar los 500 millones.
Uzbekistán está que trina
Otro dardo envenenado será el contrato con Uzbekistán, con cuyo dictador, Islam Karimov, Laporta mantiene excelentes relaciones. El ex presidente del Barça llegó a hacer de intermediario para que comprara el Mallorca, aunque la operación no cuajó. Laporta, una persona sin escrúpulos, iba a embolsarse un buen pellizco de millones, pero Karimov no mordió el anzuelo. Sin embargó, queda en el aire un amistoso del Barça en Uzbekistán que el club ya ha cobrado (3 millones). El dictador creía que Laporta era el dueño del Barça (al parecer nunca le dijo que su mandato caducaba en 2010) y ahora el amistoso en Tashkent está más lejos que nunca. El dictador está enfurecido y eso no puede suponer nada bueno para Laporta.
36.000 euros de catering cada partido
Uno de los primeros derroches de Laporta y su directiva está en el catering que se sirve en el palco presidencial los días de partido. Las facturas que han podido comprobar los auditores señalan que aprovisionar las barrigas de directivos e invitados costaba unos 36.000 euros cada partido. Una legión de camareros con mandil operaba desde una cocina, donde se preparaban todo tipo de platos sofisticados, aunque la debilidad de Laporta son los canapés de sobrasada. Los mejores vinos y cavas, con licores como el whiski Chivas, regaban el abundante condumio.