REAL MADRID
Campaña blanca de acoso y derribo
En Madrid, el fichaje de Villa era una cuestión de estado pero su táctica inquisitiva ha fracasado
Redacción - 25/06/2009 03:00
En Madrid estában tan desesperadamente obsesionados con tapar el triplete del Barça que convirtieron el fichaje de Villa en una cuestión de estado. Sin embargo,
la táctica mediática de acoso y derribo al Valencia, silenciosamente bendecida por el club blanco, no sólo ha resultado un sonoro fracaso, irritando de paso a toda la afición 'ché', sino que paradójicamente ha acercado al 'Guaje' al Camp Nou. El Barça ha sabido moverse con más sigilo y discreción.
El 9 de junio, medios de la capital anunciaban que
"El Real Madrid ya tiene fichado a Villa", por 38 millones de euros más pluses y objetivos.
Una inexistente contratación sazonaba con un rimbombante
"Villa es un futbolista nacido para jugar en el Real Madrid". El Valencia negaba haber aceptado esos 25 millones más Negredo y desvelaba ofertas superiores
"por un crack mundial".
Enojados por semejante provocación,
los fusiles periodísticos apuntaron a Manuel Llorente, el presidente 'ché', a quien se le culpaba de frenar la operación.
"Los fieles seguidores del Valencia no se merecen que (...) un pésimo gestor dilapide el valor de uno de los principales activos de la plantilla", se podía leer en una editorial sobre
"un mal negociante". No fue el único obús. Días más tarde le exigían que fuera
"de frente" y le criminalizaron por comportarse
"de forma poco ética". Como la negativa persistía, una vuelta más de tuerca:
"Manuel Llorente se va a cargar la carrera futbolística de Villa".
El dirigente estaba en el centro de la diana y en Madrid removieron el baúl buscando antecedentes que justificaran su hipotética fobia madridista.
Le echaron en cara que, en 2001, vendiera a Mendieta a la Lazio por 48 millones de euros, ¡el doble! de lo que ofrecía el Real Madrid. Hartos de los torpedos que un día tras otro llegaban desde la capital y con el orgullo herido, la asociación de peñas valencianista se sublevó reclamando más respeto al club.
"No nos callaremos", se leía en los foros. La prensa local tampoco pensaba hacerlo. Denunciaban
"coacciones" y la intromisión del presidente blanco.
"Parece que hay que plegarse al gran señor. Basta ya"
Esta estrategia mal calibrada acabó transformándose en
un falso ejercicio diplomático al comprobar cómo se desparramaba la impopularidad del club blanco.
"No podemos enfrentarnos a toda una comunidad autónoma", soltó el director general, tratando de rebajar los grados de tensión. Florentino Pérez también terció mostrándose como un ser menos superior en una entrevista en Canal 9. Explicó que buscaba un acuerdo
"desde el terreno de la amistad y de la cooperación" y que los movimientos por Villa no eran
"prepotentes", sino surgidos "de la humildad, uno de los valores que queremos transmitir". Un discurso bien enlazado que, sin embargo, concluyó con un revelador
"el fichaje de Villa es cuestión de tiempo". En aquel momento sabía que Manuel Llorente declararía
"intransferible" al goleador y que sólo una oferta
"escandalosamente escandalosa" le haría cambiar de opinión.
Presión a Villa
El delantero también ha sido objeto de un controvertido marcaje. Han puesto en su boca supuestas confesiones a sus íntimos, asegurando haber elegido al Real Madrid, y no han dejado de mandarle recados para que presione al Valencia recordándole que "
se le ha escapado el tren de su vida", que no va a pasar otro. Visiblemente deprimido, Villa ha confesado
"haberlo pasado francamente mal".
La táctica merengue ahora es aceptar la decisión del Valencia y mirar hacia otro lado.
"Cambiamos de objetivo", insiste Valdano.
Nadie le cree. Mientras, el Barça se desliza con sigilo haciendo llegar al jugador gestos suficientes para hacerle ver que su futuro puede ser azulgrana.
Tienen el dinero y el afecto 'ché'. Suficiente