Gabo m'agrada molt, pero conforme he anat llegint els seus llibres m'ha donat cada vegada més la sensació com de que són sempre iguals. N'he llegit tres o quatre i no en ordre cronològic, pero no sé, pareix com que l'ambientació siga sempre la mateixa. El mateix escenari pot servir tant per als Buendía com per a la mort de Santiago Nasar.
De 100 años de soledad m'encanta el final i, sobretot, les dos pàgines més o menys en que des del Govern els obliguen a pintar les cases de blau, fins que "convencen" a l'enviat del Govern de lo contrari (igual no és així exactament). Les copiaria pero és que el vaig agafar de la biblioteca i no el tinc ací. Hauria de reprendre el costum de copiar tot lo que m'agrada (frases, texts, poesies...) en la meua llibreta, que la tinc abandonada des de fa anys :?
Ampliación del Campo de Batalla, de Michel Houellebecq.
Resumen en la red:
Ingeniero agrónomo reconvertido en informático especializado en exportaciones agrícolas, Michel Houellebecq (Reunión, 1958) sorprendió en 1994 con ésta su primera novela, preámbulo de la muy ensalzada Las partículas elementales (1998, en Anagrama en español). Sabiendo esto, no resulta muy aventurado hablar de elementos autobiográficos en Ampliación del campo de batalla. Un informático recién entrado en la treintena y recién salido de una relación sentimental altamente destructiva comienza a trabajar como asesor técnico para el Ministerio de Agricultura. Acompañado por el feísimo Tisserand en su gira por media Francia, el protagonista cae sumido en una profunda depresión existencial, marcada por la abstinencia forzosa, la monotonía, la falta de metas espirituales y un profundo desgano vital. La desidia con que acomete sus relaciones humanas, tan próxima al nihilismo como al existencialismo, deviene en una profunda y tristísima reflexión acerca de la incomunicación y la soledad, subrayada por unos párrafos tremendos y tremendistas en los que el protagonista, cada vez más próximo al delirio, expone sus pensamientos en forma de fábulas animales. La animalidad como sinónimo de despersonalización es sólo el primer paso para una carga de profundidad contra la sociedad del bienestar y el liberalismo económico imperante, con la asexuada castidad de los personajes de la novela como máximo exponente de la decadencia de civilización materialista contemporánea. Valga como ejemplo el siguiente párrafo:
"Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama la "ley del mercado". En un sistema económico que prohibe el despido libre, cada cual consigue, más o menos, encontrar su hueco. En un sistema sexual que prohibe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la masturbación y a la soledad. El liberalismo económico es la ampliación del campo de batalla, su extensión a todas las edades de la vida y a todas las clases de la sociedad. A nivel económico, Raphaël Tisserand está en el campo de los vencedores; a nivel sexual, en el de los vencidos. Algunos ganan en ambos tableros; otros pierden en los dos. Las empresas se pelean por algunos jóvenes diplomados; las mujeres se pelean por algunos jóvenes; los hombres se pelean por algunas jóvenes; hay mucha confusión, mucha agitación."
Perfecto resumen, pues, de toda una crisis de vivencias, de toda una generación sin metas personales, una especie de actualización del legado existencialista de un Camus especialmente sardónico pero pasado por el tamiz de una literatura yuppie del descontento. Allí donde las novelas para la Generación X suelen ofrecer una descripción demasiado simplista de la realidad urbana y de sus consecuencias, Ampliación del campo de batalla incide con singular éxito en las causas de esta realidad, de este estado de cosas contra el que, concluye Houellebecq, no parece que ninguna rebelión pueda tener garantías de éxito. Sin ser ni por asomo una obra cyberpunk, esta novela nos muestra los devastadores restos del campo de batalla en el que a diario se debaten miles de treintañeros dedicados a la profesión informática (y ahí tenemos el elemento "ciber"), sabedores de la veracidad de una tan genuinamente "punk" como la conocida "No hay futuro". http://www.bibliopolis.org/resenas/rese0116.htm
Me lo he acabado hoy. El final me ha dejado tocada, pero hay citas para extraer a lo largo de la novela sencillamente geniales. La manera de escribir no es nada convencional, hay partes en las que parece que diese saltos entre su biografía y el personaje o que estuvieses leyendo un tratado filosófico, pero no te lías ni nada por el estilo. Es cortito, ameno y fácil de leer. Recomendadísimo.
"Fenómeno raro, artificial y tardío, el amor solo puede nacer en condiciones mentales especiales, que pocas veces se reúnen, y que son de todo punto opuestas a la libertad de costumbres que caracteriza a la época moderna"
"...seguía presentando batalla en el corazón, el deseo y la voluntad de la batalla"
Ahora voy a por Plataforma y después a por Las Partículas, de los que también haré ficha.
Para ir abriendo boca, os dejo un fragmento de Plataforma en francés:
“Valérie... dis-je avec hésitation, qu’est-ce que tu me trouves? Je ne suis ni très beau, ni très amusant; j’ai du mal à comprendre ce qu’il y a d’attirant en moi.” Elle me regarda sans rien dire; elle était presque nue, elle n’avait gardé que sa culotte. “Je te pose la question serieusement, insistai-je. Je suis là, un type usé, pas très liant, plutôt resigné à une vie ennuyeuse. Et puis tu viens vers moi, tu es amicale et affectueuse, et tu me donnes beaucoup de plaisir. Je ne comprends pas. Il me semble que tu cherches quelque chose en moi, qui ne s’y trouve pas. Tu vas être déçue, forcément.” Elle sourit, j’eus l’impression qu’elle hésitait à parler; puis elle posa une main sur mes couilles, approcha son visage. Je me remis à bander aussitôt. Elle enroula la base de mon sexe avec une mèche de ses cheveux, puis commença à me branler du bout des doigts. “Je ne sais pas... murmura-t-elle sans s’interrompre. C’est agréable que tu ne sois pas sûr de toi. Je t’ai beaucoup desiré pendant ce voyage. C’était horrible, j’y pensais tous les jours.”
Colección de 22 relatos en los que Bradbury demuestra una vez más su maestría al crear personajes y situaciones con rápidas pinceladas y dar un giro fantástico a las situaciones más cotidianas: setas siniestras que crecen en el sótano; el primer encuentro de una familia con los marcianos; un traje maravilloso que cambia todos los que lo visten; un gran artista dibujando en las arenas de la playa; el regalo de Navidad más maravilloso que puede tener un niño...
Lorca y los toros, sangre, estoques y puntillas...
Ignacio Sánchez Mejías fue corneado en la Plaza de Manzanares y aún hoy se recuerda tan fatídica fecha con una placa en la fachada de la plaza con los versos de García Lorca.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca.
La cogida y la muerte
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
La sangre derramada.
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras
¡Que no quiero verla¡
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.
No.
¡Que no quiero verla!
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras.
Como un rio de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera.
Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua,
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.
!Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
!Yo no quiero verla!
Cuerpo presente.
La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos;
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!
Alma ausente
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y monjes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.
Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Pablita Aimar21 escribió:Me han recomendado a Charles Bukowski y a John Fante, ¿habeis leído algo de ellos?.
Si me podeis recomendar alguna novela en particular quedaría muy agradecida
De Fante he visto Pregúntale al polvo, pero de Bukowski hay tanto!!!!
Yo de bukowski me he leido bastantes libros.
Shakespeare nunca lo hizo, Lo que mas me gusta es rascarme los sobacos, Peleando a la contra... y mas pero no recuerdo los titulos...
De todos el que mas me gusto es Peleando a la contra. Y es ese el que te recomiendo. Es en gran medida un libro autobiografico, escrito con un estilo duro, sin concesiones (que pedante me ha quedado esto :D ) A Bukowski o lo amas o lo odias, pero no te dejara indiferente eso te lo aseguro....
Si te gusta el amigo Henry Chinaski (es el seudonimo de Bukowski en sus libros creo recordar) el siguiente que TIENES que leer es al amigo William Burroughs. Para empezar con este tipo pillate el Yonki (impresionante)
Asi que ya sabes dos lecturas obligadas.
Peleando a la contra de Charles Bukowski
Yonki de William Burroughs
Ambos estan en ediciones de bolsillo en Alfaguara. Asi que son baratitos...
* since feeling is first
who pays any attention
to the syntax of things
will never wholly kiss you;
wholly to be a fool
while Spring is in the world
my blood approves,
and kisses are a better fate
than wisdom
lady i swear by all flowers. Don't cry
- the best gesture of my brain is less than
your eyelids' flutter which says
we are for each other; then
laugh, leaning back in my arms
for life's not a paragraph
And death i think is no parenthesis
* i carry your heart with me(i carry it in
my heart)i am never without it(anywhere
i go you go,my dear;and whatever is done
by only me is your doing,my darling)
i fear
not fate(for you are my fate,my sweet)i want
no world(for beautiful you are my world,my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life;which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart
i carry your heart(i carry it in my heart)
Ezra Pound
* CANTAR CXX
He intentado escribir el Paraíso.
Que no os mováis.
Dejad hablar al viento
ese es el Paraíso.
Que los dioses olviden
lo que he realizado.
A aquellos a quienes amo,
perdonen
lo que he realizado.
* LA ZAMBULLIDA
Querría bañarme en extrañeza:
estas comodidades amontonadas encima de mí,
me asfixian!
¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas y lugares!
Oh, estar lejos de todo esto,
esto que es todo lo que quise...salvo lo nuevo.
¡Y tú,amor, la que mucho, la que más he deseado!
¿Acaso no me repugnan todas las paredes,
las calles, las piedras,
todo el barro, la bruma, toda la niebla,
todas las clases de tráfico?
A ti, yo te querría
fluyendo encima de mí como el agua,
¡oh, pero fuera de aquí!
Hierba y praderas y colinas y sol
¡oh, suficiente sol!
¡Lejos y a solas, en medio de gente extraña!
Robert Pinsky
* Ode To Meaning
Dire one and desired one,
Savior, sentencer--
In an old allegory you would carry
A chained alphabet of tokens:
Ankh Badge Cross.
Dragon,
Engraved figure guarding a hallowed intaglio,
Jasper kinema of legendary Mind,
Naked omphalos pierced
By quills of rhyme or sense, torah-like: unborn
Vein of will, xenophile
Yearning out of Zero.
Untrusting I court you. Wavering
I seek your face, I read
That Crusoe's knife
Reeked of you, that to defile you
The soldier makes the rabbi spit on the torah.
"I'll drown my book" says Shakespeare.
Drowned walker, revenant.
After my mother fell on her head, she became
More than ever your sworn enemy. She spoke
Sometimes like a poet or critic of forty years later.
Or she spoke of the world as Thersites spoke of the heroes,
"I think they have swallowed one another. I
Would laugh at that miracle."
You also in the laughter, warrior angel:
Your helmet the zodiac, rocket-plumed
Your spear the beggar's finger pointing to the mouth
Your heel planted on the serpent Formulation
Your face a vapor, the wreath of cigarette smoke crowning
Bogart as he winces through it.
You not in the words, not even
Between the words, but a torsion,
A cleavage, a stirring.
You stirring even in the arctic ice,
Even at the dark ocean floor, even
In the cellular flesh of a stone.
Gas. Gossamer. My poker friends
Question your presence
In a poem by me, passing the magazine
One to another.
Not the stone and not the words, you
Like a veil over Arthur's headstone,
The passage from Proverbs he chose
While he was too ill to teach
And still well enough to read, I was
Beside the master craftsman
Delighting him day after day, ever
At play in his presence--you
A soothing veil of distraction playing over
Dying Arthur playing in the hospital,
Thumbing the Bible, fuzzy from medication,
Ever courting your presence,
And you the prognosis,
You in the cough.
Gesturer, when is your spur, your cloud?
You in the airport rituals of greeting and parting.
Indicter, who is your claimant?
Bell at the gate. Spiderweb iron bridge.
Cloak, video, aroma, rue, what is your
Elected silence, where was your seed?
What is Imagination
But your lost child born to give birth to you?
Dire one. Desired one.
Savior, sentencer--
Absence,
Or presence ever at play:
Let those scorn you who never
Starved in your dearth. If I
Dare to disparage
Your harp of shadows I taste
Wormwood and motor oil, I pour
Ashes on my head. You are the wound. You
Be the medicine.
* The Night Game
Some of us believe
We would have conceived romantic
Love out of our own passions
With no precedents,
Without songs and poetry--
Or have invented poetry and music
As a comb of cells for the honey.
Shaped by ignorance,
A succession of new worlds,
Congruities improvised by
Immigrants or children.
I once thought most people were Italian,
Jewish or Colored.
To be white and called
Something like Ed Ford
Seemed aristocratic,
A rare distinction.
Possibly I believed only gentiles
And blonds could be left-handed.
Already famous
After one year in the majors,
Whitey Ford was drafted by the Army
To play ball in the flannels
Of the Signal Corps, stationed
In Long Branch, New Jersey.
A night game, the silver potion
Of the lights, his pink skin
Shining like a burn.
Never a player
I liked or hated: a Yankee,
A mere success.
But white the chalked-off lines
In the grass, white and green
The immaculate uniform,
And white the unpigmented
Halo of his hair
When he shifted his cap:
So ordinary and distinct,
So close up, that I felt
As if I could have made him up,
Imagined him as I imagined
The ball, a scintilla
High in the black backdrop
Of the sky. Tight red stitches.
Rawlings. The bleached
Horsehide white: the color
Of nothing. Color of the past
And of the future, of the movie screen
At rest and of blank paper.
"I could have." The mind. The black
Backdrop, the white
Fly picked out by the towering
Lights. A few years later
On a blanket in the grass
By the same river
A girl and I came into
Being together
To the faint muttering
Of unthinkable
Troubadours and radios.
The emerald
Theater, the night.
Another time,
I devised a left-hander
Even more gifted
Than Whitey Ford: A Dodger.
People were amazed by him.
Once, when he was young,
He refused to pitch on Yom Kippur.
(Córdoba, 993-Badajoz, 1064) Teólogo, filósofo y poeta musulmán. Sus simpatías por los Omeyas le valieron, primero, honores y altos cargos políticos, y más tarde el exilio y la prisión. Después de retirarse de la política se dedicó exclusivamente al estudio de la teología y el derecho. Sus opiniones irritaron a los teólogos ortodoxos, quienes le prohibieron enseñar en la Gran Mezquita de Córdoba y organizaron quemas públicas de sus libros en Sevilla.
De su abundante obra se conservan únicamente algunos tratados: una Historia de las ideas religiosas, Del amor de los amantes y un tratado de psicología amorosa, El collar de la paloma, cuya influencia fue importante en la literatura medieval de los reinos cristianos, especialmente en el desarrollo del tema lírico del «amor cortés».
El nombre completo de la obra es El collar de la paloma. Tratado sobre el amor y los amantes. Es una obra que brilla por su ligereza, dentro de su producción científica -sobre todo ciencias del Islam y jurídica-, y en la que se discurre ampliamente sobre la naturaleza y las formas del amor. Fue escrita hacia el año 1022 en Játiva, cuando la capital del califato había sido saqueada y destruida y es una nostálgica resurrección en el recuerdo de la gran metrópoli en la que el autor había nacido, bajo el fausto de al-Mansur y en la que había transcurrido su adolescencia dichosa y elegante. Como ya hemos indicado, El Collar de la Paloma es una obra en prosa que contiene un gran número de poemas; consta de treinta capítulos: diez que tratan del origen del amor y la manera de producirlo; doce sobre sus azares y cualidades loables y censurables; seis acerca de sus calamidades; y los dos últimos sobre las prácticas ilícitas y la virtud de la continencia.
Américo Castro, que hace un minucioso estudio comparativo de la obra de Ibn Hazm, El Collar de la paloma, y el El libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita, llega a destacar el carácter personal de la idea del amor de Ibn Haçm: Ibn Haçm habla de unas vidas, la suya y las de otros, inmersas en el amor. Según él no nos debe sorprender la originalidad en el tratamiento del amor por parte de nuestro autor, ya que su obra es, en cierto modo, su autobiografía, la autobiografía de un hombre que participa en una espiritualidad impregnada por la escuela sufí y que llegaría hasta los poetas místicos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús. http://www.musulmanesandaluces.org/heme ... 20hazm.htm
* Te consagro un amor puro y sin mácula:
en mis entrañas está visiblemente grabado y escrito tu cariño.
Si en mi espíritu hubiese otra cosa que tú,
la arrancaría y desgarraría con mis propias manos.
No quiero de ti otra cosa que amor;
fuera de él no pido nada.
Si lo consigo, la Tierra entera y la Humanidad
Serán para mi como motas de polvo y los habitantes del país, insectos
* Por ti tengo celos hasta de que te alcance mi mirada,
y temo que hasta el tacto de mi mano te disuelva.
Por guardarme de esto, evito encontrarme y
me propongo unirme contigo mientras duermo.
Así, mi espíritu, si sueño, está contigo,
separado de los miembros corporales,
escondido y oculto, pues para unirse contigo,
la unión de las almas es mejor mil veces
que la unión de los cuerpos.
* Quisiera rajar mi corazón con un cuchillo,
meterte dentro de él y
luego volver a cerrar mi pecho,
para que estuvieras en él y
no habitaras en otro,
hasta el día de la resurrección y del juicio;
para que moraras en él durante mi vida y, a mi muerte,
ocuparas las entretelas de mi corazón en la tiniebla del sepulcro.
* -Me concediste un amor que antes me negabas,
y me lo diste a manos llenas.
Pero en ese instante ya no tenía necesidad de él,
cuando, de dármelo antes,
hubiera llegado a las entretelas del corazón.
De nada sirve la medicina
cuando se está a la muerte,
y, en cambio, es útil
quien da un remedio antes de la agonía.
Está siendo la Feria del Libro de Madrid (del 26 de mayo al 11 de junio), así que ya sabeis, si os pasais por Madrid en estas fechas os acercais por el Retiro a echar un ojo.
Leí a Bukowsi durante mi post-adolescencia; me divertía entonces. Ahora me parece simplemente curioso, aunque maneja buenas anécdotas de bar.
Por cierto, hoy le han dado el Principe de Asturias de las Letras a Paul Auster. El premio en si me la repanpimfla, pero servirá para poner en los escaparates a uno de los mejores escritores de nuestro tiempo.
haddock escribió:Leí a Bukowsi durante mi post-adolescencia; me divertía entonces. Ahora me parece simplemente curioso, aunque maneja buenas anécdotas de bar.
Por cierto, hoy le han dado el Principe de Asturias de las Letras a Paul Auster. El premio en si me la repanpimfla, pero servirá para poner en los escaparates a uno de los mejores escritores de nuestro tiempo.
Haddock me has leído el pensamiento????
Hoy, echando un ojo a la prensa por internete, he visto que le habían dado el Príncipe de Asturias a Auster y he pensado para mí: Todos los días paso por la librería de mi calle y veo los libros de este buen hombre que, a su vez, he visto reflejados, nombrados y hasta comentados, en muchas de las novelas actuales que he leído. ¿Por qué no me compro algo de este señor??? Debe ser bastante bueno
Y eso, pensaba pedir recomendación sobre qué novela de Auster me podría comprar.
Muchas gracias por adelantado
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopia?
Para eso sirve: para caminar.Sinopsis (del propio autor)
Una mesa remendada, unas viejas letritas móviles de plomo o madera, una prensa que quizá Gutenberg usó: el taller de José Francisco Borges en el pueblo de Bezerros, en los adentros del Nordeste del Brasil. El aire huele a tinta, huele a madera. Las planchas de madera, en altas pilas, esperan que Borges las talle, mientras los grabados frescos, recién despegados, se secan colgados de los alambres. Con su cara tallada en madera, Borges me mira sin decir palabra. En plena era de la televisión, Borges sigue siendo un artista de la antigua tradición del cordel. En minúsculos folletos, cuenta sucedidos y leyendas: él escribe los versos, talla los grabados, los imprime, los carga al hombro y los ofrece en los mercados, pueblo por pueblo, cantando en letanías, las hazañas de gentes y fantasmas. Yo he venido a su taller para invitarlo a que trabajemos juntos. Le explico mi proyecto: imágenes de él, sus artes de grabado, y palabras mías. Él calla. y yo hablo y hablo, explicando. y él nada. y así sigue siendo, hasta que de pronto me doy cuenta: mis palabras no tienen música. Estoy soplando en flauta quebrada. Lo no nacido no se explica, no se entiende: se siente, se palpa cuando se mueve. Y entonces dejo de explicar; y le cuento. Le cuento las historias de espanto y de encantos que yo quiero escribir, voces que he recogido en los caminos y sueños míos de andar despierto, realidades deliradas, delirios realizados, palabras andantes que encontré -o fui por ellas encontrado. Le cuento los cuentos; y este libro nace.
Una de sus novelas menos conocidas es La Música del Azar, y trata sobre la peculiar relación de un bombero recien divorciado con un jugador de poker. Pierden una partida con dos millonarios y tienen que pagar su deuda ... de una manera muy interesante.
Es fácil de leer, con la impronta clásica de Auster (el azar, que maneja nuestra vida) y además muy entretenida. Te la lees en dos tardes.
Los escritores desentrañan el misterio de la pasión por el deporte más global y popular del planeta
En el segundo fin de semana del encuentro con el libro en el parque del Retiro se nota la cercanía de la cita que tienen 32 selecciones nacionales de fútbol en Alemania a partir del próximo viernes. Novedades editoriales y reediciones de ejemplares sobre el balompié y el Mundial empiezan a invadir las casetas. Además de títulos que recuerdan los vínculos entre el fútbol, los escritores y la literatura. En una entrevista, el filósofo Hans Ulrich Gumbrecht, que presenta el volumen Elogio de la belleza atlética, reivindica, en contra de viejas teorías, el arte del deporte. También se produjo el encuentro entre los escritores y sus lectores, y uno de los protagonistas ha sido el escritor Unai Elorriaga, que reflexiona sobre las modas literarias.
WINSTON MANRIQUE - Madrid
EL PAÍS - Cultura - 04-06-2006
El Aleph ya está aquí. Es en lo que se ha convertido el Mundial de Fútbol. En centro del universo cada cuatro años, muy a pesar de Jorge Luis Borges, creador de ese relato sobre esa mítica esfera literaria-existencial que llamó Aleph, cuyo centro está en todas partes y que contiene todo el universo.
Esa visión-definición la ha usurpado el fútbol y la Copa del Mundo. La fiesta de la única pasión que no sabe de intimidades. Un misterioso sentimiento del que son devotos una incontable selección de escritores que han jugado su particular encuentro con el fútbol a través de la escritura. Una prueba reciente es Los Nobel del fútbol (Meteora), el libro donde Jorge Omar Pérez recuerda la relación de grandes escritores con este deporte. Así, con este libro en especial y otros se crea un retrato literario de la pasión del deporte más global y popular del planeta.
FÚTBOL
"Si le quitas de encima el glamour y el negocio que lo rodea cada vez más (dinero, papel cuché, escándalos...) es una cosa muy dramática. Una contienda simulada que tiene euforia, victoria, derrota, dolor, decepción y lealtades", asegura la escritora Almudena Grandes, quien más que aficionada al fútbol es hincha del Atlético de Madrid.
ORIGEN DE LA PASIÓN
"Llegamos a la conclusión de que en algún momento de nuestra infancia percibimos el instante mágico en el que un artista del balón consigue ese prodigio inolvidable que relatarán los que lo presenciaron, luego los que no lo presenciaron y finalmente entrará en la memoria convencional de las generaciones futuras". Manuel Vázquez Montalbán en Fútbol. Una religión en busca de Dios (Debate).
EL HINCHA
"El primer instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo, fue cuando advertí de que durante toda mi vida había tenido algo de lo que muchas veces me había ufanado y que ayer me estorbaba: el sentido del ridículo. (...) Lo único que deseo, ahora, es convertir a alguien", confesó Gabriel García Márquez en un artículo tras ver un partido de los equipos colombianos Junior y Millonarios.
LA AFICIÓN
"Varios cientos de miles de españoles aplican sus energías de los lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que está al caer. Los domingos, descansan y van al fútbol: a sufrir o a solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás". Camilo José Cela, del libro Once cuentos de fútbol (Don Balón).
EL BALÓN
"Por eso mismo fue conocido y aclamada como Esfera Mágica, Goleadora Absoluta, Pelota Invencible y Redonda Infernal por los locutores enloquecidos del micrófono cuando la veían cruzar el campo, de pase en pase, de amague en amague, para marcar otro tanto sensacional". Augusto Roa Bastos en el cuento La pelota y el arquero, al referirse a un balón apodado Perfora Redes.
EL JUGADOR
"Corre, jadeando, por la orilla. A un lado lo esperan los cielos de la gloria; al otro, los abismos de la ruina". Eduardo Galeano en su imprescindible El fútbol a sol y sombra (Siglo XXI).
EL ENTRENADOR
"¿Estaba usted tranquilo en el banquillo del Barcelona? ¿Más tranquilo? ¡Ni hablar! ¡Se sufre! ¡Se sufre endiabladamente! ¡Usted no puede imaginar lo que es eso! Incluso en la final, cuando íbamos ganando por tres a uno y sólo quedaban tres minutos, yo estaba pasándolo muy mal. ¡Ser entrenador! ¡Vaya profesión!". Gonzalo Suárez en la crónica Al rojo vivo sobre José Gonzalvo en 1961, recogida en la antología La suela de mis zapatos (Seix Barral).
EL ENTRENAMIENTO
"Son gente que no conoce otro comportamiento que el de hacer cualquier cosa con toda su alma. A Momoko y a mí nos gusta este entrenamiento tan serio". El Nobel japonés Kenzaburo Oé en el relato El grito silencioso (Anagrama).
EL PARTIDO
"La selección colombiana de 1990 y 1994 jugó como si tuviera permiso para perder. (...) Corrían con un sentido total de apropiación del juego. Nadie les ganaba nunca porque ellos mismos administraban sus caídas. (...) Maestros del extravío, pusieron en escena las virtudes que sólo son posibles sin rebajarse a tener éxito. (...) ¿Hay hazaña más propia de América Latina que la de estos bucaneros que practicaron la dignidad rebelde del alarde sin premio?". Juan Villoro en Dios es redondo (Anagrama).
EL ÁRBITRO
"Durante más de un siglo, el árbitro vistió de luto. ¿Por quién? Por él. Ahora disimula los colores". Galeano en la antología Cuentos de fútbol (Alfaguara), seleccionada por Jorge Valdano, con cuentos de autores como Fontanarrosa, Bryce Echenique y Benedetti.
EL PORTERO
"Distante, solitario, impasible, el portero famoso es perseguido por las calles por niños en éxtasis. (...) Es el águila solitaria, el hombre misterioso, el último defensor". Recuerda Vladímir Nabokov en Habla memoria (Anagrama) a los porteros de su infancia en Rusia. Albert Camus también fue portero que dejó referencias al fútbol es sus libros. Entre los españoles que lo jugaron Miguel Hernández y Miguel Delibes. Incluso dejaron poemas: Alberti Oda a Platko, donde plasmó su heroica actuación con el Barcelona para definir la copa de 1928; y Hernández, Elegía al guardameta. Para Almudena Grandes, se trata del jugador más literario e interesante. "Solo todo el tiempo. Piensa y sufre solo en el partido. Mientras los demás van de un lado a otro él debe esperar, y su reacción es crucial".
LOS MITOS
Pelé "una vez, detuvo una guerra: Nigeria y Biafra hicieron una tregua para verlo mejor". Y "cuando ejecutaba un tiro libre, los rivales que formaban la barrera querían ponerse al revés, de cara a la meta, por no perderse el golazo". Galeano en El fútbol a sol y sombra.
"Los pueblos necesitan héroes contemporáneos. (...) Es también el menos enajenante de los cultos, porque admirar a un futbolista es admirar algo muy parecido a la poesía pura o una pintura abstracta. Es admirar la forma por la forma, sin ningún contenido racionalmente identificable", escribe Mario Vargas Llosa en su artículo Sin duda, un mito, sobre la figura y el hechizo de Maradona.
EL GOL
El poeta italiano Humberto Saba exaltó el gol así: "La folla -unita hebreas- per trabocchi / nel campo. Intorno al vincitore stanno, / al suo collo si gettano i fratelli" ("La muchedumbre -fusionada de ebriedad- brincando / en el campo. Entorno al ganador están, / a su cuello se tiran los hermanos").
LA VICTORIA
"¿A qué parece eso de ser campeón?, pregunta. Mire: es algo así como un champán seco y cálido que baja por la garganta. Una cosquilla ahí donde usted quiere. La piel rejuvenece de golpe". Osvaldo Soriano en su artículo Festejos.
LA DERROTA
"Era por eso que quería tanto a mi equipo, no sólo por la alegría de la victoria cuando estaba combinada con la fatiga que sigue al esfuerzo, sino también por el estúpido deseo de llorar en las noches luego de cada derrota". Camus en el artículo Albert Camus y el fútbol.
EL FANATISMO
"En América Latina, decía Luis, la frontera entre el fútbol y la política es tan tenue que resulta casi imperceptible". Ryszard Kapuscinski en La guerra de fútbol (Anagrama) cuyo artículo homónimo narra la clasificación entre Honduras y El Salvador para el Mundial de México 70 que terminó en un conflicto con 6.000 muertos y centenares de aldeas arrasadas. Todo empezó cuando en el partido de ida El Salvador perdió 1-0 y una joven se disparo en el corazón. En el partido de vuelta El Salvador ganó 3-0. Y la guerra comenzó.
LA FIEBRE
"Una o dos veces, cuando no podía conciliar el sueño, he intentado incluso contar todos los jugadores del Arsenal que he visto en directo a lo largo de mi vida". Nick Hornby en su libro Fiebre en las gradas (Punto de Lectura).
Desvelos futbolísticos que rondarán hasta el 9 de julio a 32 países que sueñan con la Copa del Mundo, aunque hayan pactado con dioses rufianes o bondadosos.
El equipo de Javier Marías
El novelista Javier Marías ha hecho una alineación futbolística con los escritores del siglo XX, según sus cualidades literarias. Marías recopiló sus textos sobre fútbol en Salvajes y sentimentales (Aguilar).
Portería. Dos que jugaron en su vida en esa posición: Vladímir Nabokov y Albert Camus.
Defensas. Lateral derecho Henry James por ser de largo recorrido. En el centro Dashiel Hammet que parecía un tipo duro. Y defensa izquierdo Malcolm Lowry que al ser bebedor sería uno de esos defensas duros que no dejan pasar a nadie.
Lateral izquierdo. Valle-Inclán, un autor muy vivo con malas pulgas a ratos.
Centro del campo. Tres de largo recorrido: Como trabajador Thomas Mann; como 10 y cerebro del equipo y mente clara y organizadora del juego Marcel Proust; y W. Faulkner que tiene mucho aliento.
Delantera. Jugaríamos con extremos: extremo derecho como siete Joseph Conrad, capaz en pocos metros de crear gran desconcierto y admiración; delantero centro Thomas Bernhard porque era muy agresivo; y con el 11, extremo izquierdo, uno de esos jugadores finos y creativos como Lampedusa.
Banquillo. En la portería Camus o Nabokov que se alternarían la titularidad con igual solvencia. Para momentos de crisis no estaría mal Conan Doyle que tendría gran capacidad de juego para el medio campo. Defensa, Raymond Chandler. Y delantera un poeta: W. Yeats.
Libros sobre fútbol. Salvajes y sentimentales (Aguilar), Javier Marías. San Isidro Fútbol (Puzzle), Pino Caccuci. Futbolia: filosofía para la hinchada (Kailas), J. Machado y M. Valera García. El mundo en un balón (Debate), F. Foer. El miedo escénico (Aguilar), J. Valdano. Goool! (Texto), Robert Rigby. Los ángeles blancos. El Real Madrid y el nuevo fútbol (Seix Barral), John Carlin. El delantero centro fue asesinado al atardecer (Planeta), Vázquez Montalbán. Barça: la pasión de un pueblo (Anagrama), Jimmy Burns.
13 cuentos, con los cuales Bolaño pasa a convertirse por derecho propio en mi escritor favorito....
Tremendamente recomendable, para introducirse en el mundo de este escritor Chileno (del cual ya recomende un libro hace tiempo
"Los detectives salvajes" ) y que a mi me ha servido como trampolin para atreverme con su novela postuma "2666". Esta ultima novela de Bolaño (de mas de 1000 paginas) vuelve a retomar la idea de viaje iniciatico hacia ninguna parte. Ese viaje que todos en algun momento de la vida hemos deseado hacer emulando los pasos de Ulises Lima y Arturo Belano, (protagonistas de Los Detectives Salvajes) y que, personalmente cada vez me obsesiona mas... Tal vez por eso sienta fascinacion por este autor...
Pero volviendo al libro que nos ocupa, decir, que Bolaño en estos 13 relatos nos lleva de nuevo a la latinoamerica y europa de finales de los 70, y donde se entremezclan el suicidio, la sensacion de perdida, de vacio, amores secretos, incluso lo absurdo con cuentos como Buba (este gustara a los futboleros, de hecho bien podria ser el valencia el equipo que lo protagoniza....) Todo con una finisima ironia mezclada con humor negro... y una profunda melancolia por los tiempos que ya no vendran...
En fin vosotros mismos, me limito a recomendaros este pedazo de libro, que (para los mas perros) se lee en nada, y que os dejara huella.... os lo garantizo...
Atentamente. El Sr. Munny Gafapasta :D
haddock escribió:Una de sus novelas menos conocidas es La Música del Azar, y trata sobre la peculiar relación de un bombero recien divorciado con un jugador de poker. Pierden una partida con dos millonarios y tienen que pagar su deuda ... de una manera muy interesante.
Es fácil de leer, con la impronta clásica de Auster (el azar, que maneja nuestra vida) y además muy entretenida. Te la lees en dos tardes.
He leído bastante de Auster ( aunque la que tú mencionas la desconocía, tendré que pillarla) y me quedo con El palacio de la luna y El libro de las ilusiones(van a rodar una peli). La última que ha publicado también está bien "Brooklyn Follies", en su línea.
Ahora, bajo recomendación de Luis Andrés(no somos nadie) voy a leer algo de Philip Roth, exactamente "la conjura contra América", según el hombre este es el mejor escritor americano( pone en segundo lugar a Auster.
Por cierto ayer terminé "La catedral del mar", se deja leer pero le falta algo.