Pues no, no me siento viejo... ¿nos echamos unas carreritas a ver quien se siente viejo? :?:
Este es casi tan viejo como el de just pero como es buenísimo, copia-pega:
Existían 12 bellas islas desiertas en medio de la nada, donde quedaron presas las siguientes personas:
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Isla Desierta 1: 2 italianos y 1 italiana
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Isla Desierta 2: 2 franceses y 1 francesa
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Isla Desierta 3: 2 alemanes y 1 alemana
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Isla Desierta 4: 2 griegos y 1 griega
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Isla Desierta 5: 2 ingleses y 1 inglesa
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Isla Desierta 6: 2 búlgaros y una búlgara
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Isla Desierta 7: 2 americanos y 1 americana
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Isla Desierta 8: 2 japoneses y 1 japonesa
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Isla Desierta 9: 2 argentinos y 1 argentina
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Isla Desierta 10: 2 irlandeses y 1 irlandesa
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Isla Desierta 11: 2 catalanes y 1 catalana
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Isla Desierta 12: 2 españoles y 1 española
Un mes después en estas islas completamente desiertas, en medio de la nada, ocurrió lo siguiente:
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Isla Desierta 1: Un italiano mató al otro para quedarse con la italiana
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Isla Desierta 2: Los dos franceses y la francesa viven muy felices en un menage a trois.
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Isla Desierta 3: Los dos alemanes hicieron una programación semanal donde ellos se turnan para tener sexo con la alemana.
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Isla Desierta 4: Los dos griegos están durmiendo juntos y la griega limpia y les cocina.
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Isla Desierta 5: Los 2 ingleses están esperando a alguien para que les presente a la inglesa.
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Isla Desierta 6: Los 2 búlgaros miraron el mar, luego miraron a la búlgara, miraron el mar nuevamente y empezaron a nadar
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Isla Desierta 7: Los 2 americanos están contemplando las virtudes del suicidio, mientras la americana continua hablando de ella, de la verdadera naturaleza del feminismo, de como ella puede hacer todo lo que ellos pueden hacer, de la necesidad de la tranquilidad interior, de la igualdad, de la división de las tareas domésticas, de como su último novio respetaba la opinión de ella, etc. Pero por lo menos no está lloviendo y los impuestos son menores.
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Isla Desierta 8: Los 2 japoneses enviaron un fax a Tokio y están esperando instrucciones.
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Isla Desierta 9: Cada argentino piensa que la argentina tiene relaciones sexuales solamente con el.
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Isla Desierta 10: Los irlandeses dividieron la isla en Norte y Sur, en donde cada uno, asociados con los catalanes, abrió una destilería de whisky de coco y un pub. Ellos no se acuerdan si han tenido sexo con la irlandesa o no después de algunos litros de whisky de coco, pero están satisfechos porque los ingleses no están allí.
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Isla Desierta 11 y 12: Los catalanes alquilan la catalana a los españoles, que se pasan el dia en el pub de los irlandeses, celebrando la Fería de Abril, el Rocío, San Isidro, El Pilar, la feria de Fallas, San Fermín...
Kabanov escribió:Un frances y un español estan pasando un dia de caza en el campo. ambos con su rifle, su gorro, sus pantalonesm ilitares...muy equipados ellos.
y en esas que cruza el cielo un pato, que mas que un pato parecia uan avestruz de lo grande que era.
PAM!! PAM!!
los dos disparan a la vez y el pato cae al suelo.
Salen corriendo, lo encuentran y se ponen a discutir. uno lo agarra del cuello, otro de las patas y tirando, tirando a ver quien se queda con el pato.
total, que coje el español y dice:
- Mira Pierre, asi no sacamos nada. Lo que podemos hacer es darnos una patada en los huevos. y el primero que se queje pierde el pato.
El frances acepta y se pone con las piernas abiertas dispuesto a recibir la patada.
Le pega el español un patadon del 15 y el frances, con lagrimas en los ojos no dice ni mu.
y dice el frances:
- preparate que te toca.
- nada hombre, quedatelo. por una mierda de pato tampoco vamos a discutir.
Diecisiete chicas del mismo colegio pactan quedarse embarazadas a la vez
Las chicas pertenecían a un mismo centro escolar, cuyos médicos dieron la voz de alarma tras detectar un número inusual de embarazos
19/06/2008 | Actualizada a las 17:29h
Washington. (EFE).- El repentino aumento de embarazos en un instituto de Estados Unidos alertó a los directores del centro, que descubrieron que las estudiantes, 17 chicas de no más de 16 años, pactaron quedarse embarazadas para criar a sus niños juntas.
La revista 'Time' publica hoy un informe sobre este curioso caso que ha llamado la atención en los medios estadounidenses, en el asegura que la mayoría de los embarazos que se han producido en el Gloucester High School, situado en Gloucester, un pueblo pesquero de Massachusetts, fueron deseados.
Casi la mitad de las chicas confesó a haber hecho un pacto para quedarse encinta y criar a sus hijos juntos, y señala que "ninguna de las niñas tiene más de 16 años".
El director del instituto, Joseph Sullivan, que confesó su estupor al descubrir el hecho, dijo que las jóvenes estaban tan deseosas de alcanzar su objetivo que, según contó a "Time", han descubierto que el padre de uno de los niños es un 'sin techo" de 24 años.
Normalmente, el instituto tiene alrededor de cuatro embarazos por cada año escolar, pero de un tiempo a esta parte los servicios de médicos de la escuela detectaron un aumento considerable. El responsable del centro médico del instituto, el doctor Brian Orr, y la jefa de enfermería, Kim Daly, empezaron a investigar las causas después de que un número inusual de niñas acudiera a la clínica de la escuela para realizarse las pruebas de embarazo y algunas varias veces.
En el centro médico prestan asesoría contra embarazos no deseados de forma confidencial y distribuyen anticonceptivos, pero según contó Sullivan a la revista "algunas niñas se quedaban tristes cuando el test les decía que no estaban embarazadas".
Ninguna de las niñas, ni sus padres, quisieron dar su testimonio a la revista, que también recoge el de Amanda Irlanda, una joven de 18 años que tuvo un hijo durante su primer año de Universidad. Según Irlanda, las niñas buscan quedarse embarazadas para "tener a alguien a quien amar incondicionalmente", pero "trato de explicarles que es difícil sentirse amado cuando un niño está gritando para ser alimentado a las tres de la madrugada". La cuestión de cómo afrontar la situación ha dividido a este pueblo, de 30.000 habitantes y de gran tradición católica.
El superintendente del instituto, Christopher Farmer, apuntó a que una de las causas de un hecho tan insólito puede ser la situación de decenas de familias que vivían de la industria pesquera y han perdido su trabajo y por tanto, gran parte de los medios de la comunidad. "Las familias están rotas", señaló, "muchos de nuestros jóvenes están creciendo sin rumbo".
Diecisiete chicas del mismo colegio pactan quedarse embarazadas a la vez
Las chicas pertenecían a un mismo centro escolar, cuyos médicos dieron la voz de alarma tras detectar un número inusual de embarazos
19/06/2008 | Actualizada a las 17:29h
Washington. (EFE).- El repentino aumento de embarazos en un instituto de Estados Unidos alertó a los directores del centro, que descubrieron que las estudiantes, 17 chicas de no más de 16 años, pactaron quedarse embarazadas para criar a sus niños juntas.
La revista 'Time' publica hoy un informe sobre este curioso caso que ha llamado la atención en los medios estadounidenses, en el asegura que la mayoría de los embarazos que se han producido en el Gloucester High School, situado en Gloucester, un pueblo pesquero de Massachusetts, fueron deseados.
Casi la mitad de las chicas confesó a haber hecho un pacto para quedarse encinta y criar a sus hijos juntos, y señala que "ninguna de las niñas tiene más de 16 años".
El director del instituto, Joseph Sullivan, que confesó su estupor al descubrir el hecho, dijo que las jóvenes estaban tan deseosas de alcanzar su objetivo que, según contó a "Time", han descubierto que el padre de uno de los niños es un 'sin techo" de 24 años.
Normalmente, el instituto tiene alrededor de cuatro embarazos por cada año escolar, pero de un tiempo a esta parte los servicios de médicos de la escuela detectaron un aumento considerable. El responsable del centro médico del instituto, el doctor Brian Orr, y la jefa de enfermería, Kim Daly, empezaron a investigar las causas después de que un número inusual de niñas acudiera a la clínica de la escuela para realizarse las pruebas de embarazo y algunas varias veces.
En el centro médico prestan asesoría contra embarazos no deseados de forma confidencial y distribuyen anticonceptivos, pero según contó Sullivan a la revista "algunas niñas se quedaban tristes cuando el test les decía que no estaban embarazadas".
Ninguna de las niñas, ni sus padres, quisieron dar su testimonio a la revista, que también recoge el de Amanda Irlanda, una joven de 18 años que tuvo un hijo durante su primer año de Universidad. Según Irlanda, las niñas buscan quedarse embarazadas para "tener a alguien a quien amar incondicionalmente", pero "trato de explicarles que es difícil sentirse amado cuando un niño está gritando para ser alimentado a las tres de la madrugada". La cuestión de cómo afrontar la situación ha dividido a este pueblo, de 30.000 habitantes y de gran tradición católica.
El superintendente del instituto, Christopher Farmer, apuntó a que una de las causas de un hecho tan insólito puede ser la situación de decenas de familias que vivían de la industria pesquera y han perdido su trabajo y por tanto, gran parte de los medios de la comunidad. "Las familias están rotas", señaló, "muchos de nuestros jóvenes están creciendo sin rumbo".
soc el pare de una de estes xicones, i no sé que faria al saber la educació que he donat
Cuando las mujeres van a elegir un marido, tienen que seguir las instrucciones que se indican a la entrada:
"Sólo se puede visitar esta tienda una vez. Hay 6 plantas y el valor de los maridos aumenta a medida que se va subiendo de planta.Se puede elegir marido en cualquier planta o seguir subiendo a las siguientes plantas, pero NO SE PUEDE volver a bajar, excepto para salir del edificio."
Así que una mujer va a la Tienda de Maridos para encontrar uno. En la primera planta, el cartel de la puerta indica: Primera Planta: estos hombres tienen trabajo.
El cartel de la segunda planta dice: Segunda planta: Estos hombres tienen trabajo y adoran a los niños.
En el cartel de la tercera planta pone: Tercera planta: Estos hombres tienen trabajo, adoran a los niños y son guapísimos.
"¡Vaya!" piensa la mujer, pero se siente obligada a seguir subiendo.
Va a la cuarta planta y el cartel dice: Cuarta planta: Estos hombres tienen trabajo, adoran a los niños, son guapísimos y ayudan con las tareas de casa.
"¡¡Madre mía!!", exclama; "¡casi no puedo creerlo!" Pero a pesar de ello sube a la quinta planta.
En el cartel pone: Quinta Planta Estos hombres tienen trabajo, adoran a los niños, son guapísimos,ayudan en casa y son súper románticos.
Siente la tentación de quedarse, pero no puede resistir seguir subiendo.
Va a la sexta planta y el cartel dice: Planta sexta: Eres la visitante nº 31.456.012 de esta planta. No hay hombres en esta planta. Esta planta sólo existe como prueba de que las mujeres son imposibles de complacer. Gracias por visitar la Tienda de Maridos.
Pongamos que un chico llamado Luis se siente atraído por una mujer llamada Esther. El le propone ir juntos al cine, ella acepta, se lo pasan bien. Unas pocas noches después el le invita a ir a cenar, y de nuevo están a gusto. Siguen viéndose regularmente, y un tiempo después ninguno de ellos ve a ningún otro.
Entonces, una noche cuando van hacia casa, un pensamiento se le ocurre a Esther y, sin pensarlo realmente, ella dice:
- ¿Te das cuenta de que justo hoy hace seis meses que nos vemos?
Y entonces se hace el silencio en el coche. A Esther le parece un silencio estruendoso. Ella piensa: - Vaya, me pregunto si le habrá molestado que yo haya dicho eso. Quizás se siente restringido por nuestra relación; quizás crea que yo estoy tratando de forzarle a alguna clase de obligación que el no desea, o sobre la que no está muy seguro.-
Y Luis esta pensando: - Vaya. Seis meses.-
Y Esther piensa: - Pero yo tampoco estoy segura de querer esta clase de relación. A veces me gustaría tener un poco más de libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo que yo realmente quiero que nos mantenga en la dirección a la que nos estamos dirigiendo lentamente... quiero decir, ¿hacia donde vamos? ¿Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel de intimidad? ¿Nos dirigimos hacia el matrimonio? ¿Hijos? ¿Una vida juntos? ¿Estoy preparada para este nivel de compromiso? ¿Es que conozco realmente a esta persona?-
Y Luis piensa: - ...así que eso significa que fue... veamos... febrero cuando comenzamos a salir, que fue justo después de dejar el coche en el taller, o sea que... veamos el cuentakilometros... ¡Coño! Tengo que cambiarle el aceite al coche.-
Y Esther piensa: - Está disgustado. Puedo verlo en su cara. Quizás estoy interpretando esto completamente mal. Quizás quiere más de nuestra relación, mas intimidad, mas compromiso; quizás el ha notado –antes que yo- que yo estaba sintiendo algunas reservas. Si, apuesto a que es eso. Por eso es tan renuente a decir nada sobre sus propios sentimientos. Tiene miedo de ser rechazado.-
Y Luis piensa: - Y voy a tener que decirles que me miren la transmisión otra vez. No me importa lo que esos imbéciles digan, todavía no cambia bien. Y esta vez será mejor que no intenten echarle la culpa al frío. - ¿Qué frío? Hay 30º C fuera, y esta cosa cambia como un camión de basura, y yo les pago a esos ladrones incompetentes 500 euros.-
Y Esther esta pensando: - Está enfadado. Y no puedo culparle. Yo estaría enfadado, también. Dios, me siento tan culpable, haciéndole pasar por esto, pero no puedo evitar sentirme como me siento. Simple y llanamente, no estoy segura.-
Y Luis piensa: - Probablemente me dirán que solo tiene tres meses de garantías. Eso es justo lo que van a decirme, los capullos.-
Y Esther esta pensando: - Quizás soy demasiado idealista, esperando que venga un caballero en su caballo blanco, cuando estoy sentada al lado de una persona perfectamente buena, una persona con la que me gusta estar, una persona que realmente me importa, una persona a la que parezco importarle realmente. Una persona que sufre por causa de mi egocéntricas fantasías románticas de colegiala.-
Y Luis piensa: - ¿Garantía? ¿Quieren una garantía? Les daré una garantía. Cogeré su garantía y la...-
- Luis -dice Esther en alto- ¿Qué? - dice Luis, sorprendido
- ¿Por favor, no te tortures así! -dice ella, con un inicio de lagrimas en sus ojos. - Quizás nunca debí haber dicho... Oh, Dios, me siento tan...- Se interrumpe, sollozando.
- ¿Qué? - dice Luis
- ¡Soy tan tonta! - solloza Esther -. Quiero decir, ya se que no hay tal caballero. Realmente lo se. Es estúpido. No hay caballero, ni caballo.
- ¿No hay caballo? - dice Luis.
- Piensas que soy tonta, ¿verdad? - dice Esther
- ¡No! - dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta
adecuada
- Es solo que... solo que... necesito algo de tiempo - dice
Esther.
Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo rápido que puede, trata de decir una respuesta segura. Finalmente se le ocurre una que cree que puede funcionar:
- Si - dice
Esther, fuertemente emocionada, toca su mano:
- Oh, Luis, ¿realmente piensas eso?! - dice ella
- ¿El que? - dice Luis
- Eso sobre el tiempo - dice Esther
- Oh, - dice Luis -, si, claro.
Esther se vuelve para mirarle y fija profundamente su mirada en sus ojos, haciendo que el se ponga muy nervioso sobre lo que ella puede decir luego, sobre todo si tiene que ver con un caballo. Al final, ella dice:
- Gracias, Luis
- Gracias - dice Luis
Entonces el la lleva a casa, y ella se tumba en su cama, un alma torturada y en conflicto, y llora hasta el amanecer, mientras que Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de patatas, enciende la tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una retransmisión de un partido de tenis entre dos checos de los que nunca ha oído hablar. Una débil voz en los mas recónditos rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el coche, pero esta bien seguro de que no hay forma de que pudiese entenderlo, así que opina que es mejor no pensar sobre ello. (Esta es también la política de Luis acerca del hambre en el mundo).
Al día siguiente Esther llamara a su mejor amiga, o quizás dos de ellas, y hablaran sobre la situación sobre seis horas seguidas. Con doloroso detalle, analizaran todo lo que ella dijo y todo lo que el dijo, pasando sobre cada punto una y otra vez, examinando cada palabra, y gesto por nimios significados, considerando cada posible ramificación. Continuaran discutiendo el tema, una y otra vez, por semanas, quizás meses, nunca
llegando a conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose de el, tampoco.
Mientras, Luis, un día mientras ve un partido de fútbol con un amigo común suyo y de Esther, durante los anuncios, fruncirá el ceño y dirá:
- Raúl, ¿tu sabes si Esther tuvo alguna vez un caballo?
Nada mas, un saludo a todas aquellas mujeres que igual que Esther siguen viviendo en ese castillo de Hadas.
Everybody knows that the boat is leaking
Everybody knows that the captain lied
Leonard Cohen
...
La NOSTALGIA es la única distracción para quien no cree en el futuro. Jep Gambardella
Pongamos que un chico llamado Luis se siente atraído por una mujer llamada Esther. El le propone ir juntos al cine, ella acepta, se lo pasan bien. Unas pocas noches después el le invita a ir a cenar, y de nuevo están a gusto. Siguen viéndose regularmente, y un tiempo después ninguno de ellos ve a ningún otro.
Entonces, una noche cuando van hacia casa, un pensamiento se le ocurre a Esther y, sin pensarlo realmente, ella dice:
- ¿Te das cuenta de que justo hoy hace seis meses que nos vemos?
Y entonces se hace el silencio en el coche. A Esther le parece un silencio estruendoso. Ella piensa: - Vaya, me pregunto si le habrá molestado que yo haya dicho eso. Quizás se siente restringido por nuestra relación; quizás crea que yo estoy tratando de forzarle a alguna clase de obligación que el no desea, o sobre la que no está muy seguro.-
Y Luis esta pensando: - Vaya. Seis meses.-
Y Esther piensa: - Pero yo tampoco estoy segura de querer esta clase de relación. A veces me gustaría tener un poco más de libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo que yo realmente quiero que nos mantenga en la dirección a la que nos estamos dirigiendo lentamente... quiero decir, ¿hacia donde vamos? ¿Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel de intimidad? ¿Nos dirigimos hacia el matrimonio? ¿Hijos? ¿Una vida juntos? ¿Estoy preparada para este nivel de compromiso? ¿Es que conozco realmente a esta persona?-
Y Luis piensa: - ...así que eso significa que fue... veamos... febrero cuando comenzamos a salir, que fue justo después de dejar el coche en el taller, o sea que... veamos el cuentakilometros... ¡Coño! Tengo que cambiarle el aceite al coche.-
Y Esther piensa: - Está disgustado. Puedo verlo en su cara. Quizás estoy interpretando esto completamente mal. Quizás quiere más de nuestra relación, mas intimidad, mas compromiso; quizás el ha notado –antes que yo- que yo estaba sintiendo algunas reservas. Si, apuesto a que es eso. Por eso es tan renuente a decir nada sobre sus propios sentimientos. Tiene miedo de ser rechazado.-
Y Luis piensa: - Y voy a tener que decirles que me miren la transmisión otra vez. No me importa lo que esos imbéciles digan, todavía no cambia bien. Y esta vez será mejor que no intenten echarle la culpa al frío. - ¿Qué frío? Hay 30º C fuera, y esta cosa cambia como un camión de basura, y yo les pago a esos ladrones incompetentes 500 euros.-
Y Esther esta pensando: - Está enfadado. Y no puedo culparle. Yo estaría enfadado, también. Dios, me siento tan culpable, haciéndole pasar por esto, pero no puedo evitar sentirme como me siento. Simple y llanamente, no estoy segura.-
Y Luis piensa: - Probablemente me dirán que solo tiene tres meses de garantías. Eso es justo lo que van a decirme, los capullos.-
Y Esther esta pensando: - Quizás soy demasiado idealista, esperando que venga un caballero en su caballo blanco, cuando estoy sentada al lado de una persona perfectamente buena, una persona con la que me gusta estar, una persona que realmente me importa, una persona a la que parezco importarle realmente. Una persona que sufre por causa de mi egocéntricas fantasías románticas de colegiala.-
Y Luis piensa: - ¿Garantía? ¿Quieren una garantía? Les daré una garantía. Cogeré su garantía y la...-
- Luis -dice Esther en alto- ¿Qué? - dice Luis, sorprendido
- ¿Por favor, no te tortures así! -dice ella, con un inicio de lagrimas en sus ojos. - Quizás nunca debí haber dicho... Oh, Dios, me siento tan...- Se interrumpe, sollozando.
- ¿Qué? - dice Luis
- ¡Soy tan tonta! - solloza Esther -. Quiero decir, ya se que no hay tal caballero. Realmente lo se. Es estúpido. No hay caballero, ni caballo.
- ¿No hay caballo? - dice Luis.
- Piensas que soy tonta, ¿verdad? - dice Esther
- ¡No! - dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta
adecuada
- Es solo que... solo que... necesito algo de tiempo - dice
Esther.
Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo rápido que puede, trata de decir una respuesta segura. Finalmente se le ocurre una que cree que puede funcionar:
- Si - dice
Esther, fuertemente emocionada, toca su mano:
- Oh, Luis, ¿realmente piensas eso?! - dice ella
- ¿El que? - dice Luis
- Eso sobre el tiempo - dice Esther
- Oh, - dice Luis -, si, claro.
Esther se vuelve para mirarle y fija profundamente su mirada en sus ojos, haciendo que el se ponga muy nervioso sobre lo que ella puede decir luego, sobre todo si tiene que ver con un caballo. Al final, ella dice:
- Gracias, Luis
- Gracias - dice Luis
Entonces el la lleva a casa, y ella se tumba en su cama, un alma torturada y en conflicto, y llora hasta el amanecer, mientras que Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de patatas, enciende la tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una retransmisión de un partido de tenis entre dos checos de los que nunca ha oído hablar. Una débil voz en los mas recónditos rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el coche, pero esta bien seguro de que no hay forma de que pudiese entenderlo, así que opina que es mejor no pensar sobre ello. (Esta es también la política de Luis acerca del hambre en el mundo).
Al día siguiente Esther llamara a su mejor amiga, o quizás dos de ellas, y hablaran sobre la situación sobre seis horas seguidas. Con doloroso detalle, analizaran todo lo que ella dijo y todo lo que el dijo, pasando sobre cada punto una y otra vez, examinando cada palabra, y gesto por nimios significados, considerando cada posible ramificación. Continuaran discutiendo el tema, una y otra vez, por semanas, quizás meses, nunca
llegando a conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose de el, tampoco.
Mientras, Luis, un día mientras ve un partido de fútbol con un amigo común suyo y de Esther, durante los anuncios, fruncirá el ceño y dirá:
- Raúl, ¿tu sabes si Esther tuvo alguna vez un caballo?
Nada mas, un saludo a todas aquellas mujeres que igual que Esther siguen viviendo en ese castillo de Hadas.
Moraleja: La que no es una golfa, esta como una regadera.
Pongamos que un chico llamado Luis se siente atraído por una mujer llamada Esther. El le propone ir juntos al cine, ella acepta, se lo pasan bien. Unas pocas noches después el le invita a ir a cenar, y de nuevo están a gusto. Siguen viéndose regularmente, y un tiempo después ninguno de ellos ve a ningún otro.
Entonces, una noche cuando van hacia casa, un pensamiento se le ocurre a Esther y, sin pensarlo realmente, ella dice:
- ¿Te das cuenta de que justo hoy hace seis meses que nos vemos?
Y entonces se hace el silencio en el coche. A Esther le parece un silencio estruendoso. Ella piensa: - Vaya, me pregunto si le habrá molestado que yo haya dicho eso. Quizás se siente restringido por nuestra relación; quizás crea que yo estoy tratando de forzarle a alguna clase de obligación que el no desea, o sobre la que no está muy seguro.-
Y Luis esta pensando: - Vaya. Seis meses.-
Y Esther piensa: - Pero yo tampoco estoy segura de querer esta clase de relación. A veces me gustaría tener un poco más de libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo que yo realmente quiero que nos mantenga en la dirección a la que nos estamos dirigiendo lentamente... quiero decir, ¿hacia donde vamos? ¿Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel de intimidad? ¿Nos dirigimos hacia el matrimonio? ¿Hijos? ¿Una vida juntos? ¿Estoy preparada para este nivel de compromiso? ¿Es que conozco realmente a esta persona?-
Y Luis piensa: - ...así que eso significa que fue... veamos... febrero cuando comenzamos a salir, que fue justo después de dejar el coche en el taller, o sea que... veamos el cuentakilometros... ¡Coño! Tengo que cambiarle el aceite al coche.-
Y Esther piensa: - Está disgustado. Puedo verlo en su cara. Quizás estoy interpretando esto completamente mal. Quizás quiere más de nuestra relación, mas intimidad, mas compromiso; quizás el ha notado –antes que yo- que yo estaba sintiendo algunas reservas. Si, apuesto a que es eso. Por eso es tan renuente a decir nada sobre sus propios sentimientos. Tiene miedo de ser rechazado.-
Y Luis piensa: - Y voy a tener que decirles que me miren la transmisión otra vez. No me importa lo que esos imbéciles digan, todavía no cambia bien. Y esta vez será mejor que no intenten echarle la culpa al frío. - ¿Qué frío? Hay 30º C fuera, y esta cosa cambia como un camión de basura, y yo les pago a esos ladrones incompetentes 500 euros.-
Y Esther esta pensando: - Está enfadado. Y no puedo culparle. Yo estaría enfadado, también. Dios, me siento tan culpable, haciéndole pasar por esto, pero no puedo evitar sentirme como me siento. Simple y llanamente, no estoy segura.-
Y Luis piensa: - Probablemente me dirán que solo tiene tres meses de garantías. Eso es justo lo que van a decirme, los capullos.-
Y Esther esta pensando: - Quizás soy demasiado idealista, esperando que venga un caballero en su caballo blanco, cuando estoy sentada al lado de una persona perfectamente buena, una persona con la que me gusta estar, una persona que realmente me importa, una persona a la que parezco importarle realmente. Una persona que sufre por causa de mi egocéntricas fantasías románticas de colegiala.-
Y Luis piensa: - ¿Garantía? ¿Quieren una garantía? Les daré una garantía. Cogeré su garantía y la...-
- Luis -dice Esther en alto- ¿Qué? - dice Luis, sorprendido
- ¿Por favor, no te tortures así! -dice ella, con un inicio de lagrimas en sus ojos. - Quizás nunca debí haber dicho... Oh, Dios, me siento tan...- Se interrumpe, sollozando.
- ¿Qué? - dice Luis
- ¡Soy tan tonta! - solloza Esther -. Quiero decir, ya se que no hay tal caballero. Realmente lo se. Es estúpido. No hay caballero, ni caballo.
- ¿No hay caballo? - dice Luis.
- Piensas que soy tonta, ¿verdad? - dice Esther
- ¡No! - dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta
adecuada
- Es solo que... solo que... necesito algo de tiempo - dice
Esther.
Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo rápido que puede, trata de decir una respuesta segura. Finalmente se le ocurre una que cree que puede funcionar:
- Si - dice
Esther, fuertemente emocionada, toca su mano:
- Oh, Luis, ¿realmente piensas eso?! - dice ella
- ¿El que? - dice Luis
- Eso sobre el tiempo - dice Esther
- Oh, - dice Luis -, si, claro.
Esther se vuelve para mirarle y fija profundamente su mirada en sus ojos, haciendo que el se ponga muy nervioso sobre lo que ella puede decir luego, sobre todo si tiene que ver con un caballo. Al final, ella dice:
- Gracias, Luis
- Gracias - dice Luis
Entonces el la lleva a casa, y ella se tumba en su cama, un alma torturada y en conflicto, y llora hasta el amanecer, mientras que Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de patatas, enciende la tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una retransmisión de un partido de tenis entre dos checos de los que nunca ha oído hablar. Una débil voz en los mas recónditos rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el coche, pero esta bien seguro de que no hay forma de que pudiese entenderlo, así que opina que es mejor no pensar sobre ello. (Esta es también la política de Luis acerca del hambre en el mundo).
Al día siguiente Esther llamara a su mejor amiga, o quizás dos de ellas, y hablaran sobre la situación sobre seis horas seguidas. Con doloroso detalle, analizaran todo lo que ella dijo y todo lo que el dijo, pasando sobre cada punto una y otra vez, examinando cada palabra, y gesto por nimios significados, considerando cada posible ramificación. Continuaran discutiendo el tema, una y otra vez, por semanas, quizás meses, nunca
llegando a conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose de el, tampoco.
Mientras, Luis, un día mientras ve un partido de fútbol con un amigo común suyo y de Esther, durante los anuncios, fruncirá el ceño y dirá:
- Raúl, ¿tu sabes si Esther tuvo alguna vez un caballo?
Nada mas, un saludo a todas aquellas mujeres que igual que Esther siguen viviendo en ese castillo de Hadas.