
pd: a vore si fiquen 15 i en Europa obrin els ulls
El quart al minut 20 icon_weerourevalencià escribió:3-0 min. 7no havia vist mai açò.
pd: a vore si fiquen 15 i en Europa obrin els ulls
Jose Mourinho quiso mandar un mensaje de ánimo a Tito Vilanova, ayudante de Guardiola, operado este martes de un tumor y que estará de baja entre tres y cuatro semanas: "Espero que Tito Vilanova venga el día 10 y pueda saludarle".
Pero eso es como cuando uno con el que no se llevaba bien la gente se muere. Pasa a ser un gran profesional y una magnífica persona.Gartenzwerg escribió:Por una vez, y sin que sirva de precendente, un aplauso a Macarrinho:
Ya te has cargado al Tito... :xEdmore escribió: Pero eso es como cuando uno con el que no se llevaba bien la gente se muere. Pasa a ser un gran profesional y una magnífica persona.
Véase el ejemplo de Simoncelli y todos los pilotos con los que había discutido y peleado.
Exacto, aunque al menos Mourinho demuestra que es humano a pesar de ser un mal deportista, compañero de profesión, chulo, creído e impresentable.Edmore escribió: Pero eso es como cuando uno con el que no se llevaba bien la gente se muere. Pasa a ser un gran profesional y una magnífica persona.
Véase el ejemplo de Simoncelli y todos los pilotos con los que había discutido y peleado.
Joder, que lastimica. :idea:rourevalencià escribió:Enhorabona Real, campions! goof.
http://www.marca.com/2011/12/18/futbol/ ... 34189.html
en serio açò deu ser per a tindre visites si es que fan pena
elpais.es escribió:"¿Pero, adónde vamos así?"
Los jugadores del Madrid se quedaron perplejos en el clásico ante el plan de Mourinho, que no les permitió elaborar el juego
DIEGO TORRES - Madrid - 20/01/2012
José Mourinho anunció la alineación del clásico antes de salir hacia el Bernabéu para evitar filtraciones. Al oír la lista de nombres los jugadores más veteranos de la plantilla se quedaron perplejos. "¡Madre mía!", murmuró uno, "¿pero adónde vamos así?".
Cuando Mourinho fichó por el Madrid, hace un año y medio, su agente, Jorge Mendes, solía decir: "José nunca ha tenido una plantilla con tanta calidad como ésta". Ahora, gran parte de los futbolistas que componen esa plantilla, hacen cuentas. Reflexionan que en el Oporto se encontró un equipo hecho de jugadores de brega y en el Chelsea, donde dispuso de todos los medios para contratar a los mejores talentos, se obstinó en fichar tanques con más cuerpo que calidad técnica: Drogba, Essien, Ferreira... Cuando Abramovich le llevó a Shevchenko no supo cómo sacarle rendimiento. "En su patrón de juego sólo entra una manera muy concreta de jugar", opina un futbolista del Madrid. "No sabe utilizar equipos de calidad y acaba eligiendo a los jugadores de lucha antes que a los técnicos. Si entrenase al Valencia ganaría más títulos".
En el vestuario perciben que el discurso de Mourinho no es adecuado para estimular a futbolistas finos. Su elección ante el clásico lo retrató. No concedió ni un minuto a Marcelo -el lateral más desequilibrante del planeta-, ignoró a Sahin, y despreció a Kaká -un balón de oro-. A Özil y Granero apenas les dio 20 minutos. A sus atacantes más prolíficos, Benzema y Cristiano, les concedió la titularidad pero los puso a tapar las bandas. Debieron correr más hacia atrás que hacia adelante. Benzema y Cristiano son dos de esos tipos desencantados que creen que, en otras condiciones, podrían brillar más. El miércoles hasta Xabi Alonso, el organizador del equipo, tuvo que abandonar esa tarea para auxiliar defensivamente a Altintop frente a Iniesta. El Madrid se quedó sin faro por orden de Mourinho.
Hay jugadores que le están empezando a perder el respeto profesional porque creen que Mourinho no sabe cómo entrenar al equipo para que lleve el peso de los partidos. "Para ganarle al Barça hace falta algo más que los contragolpes", aseguran. En la charla táctica previa al clásico del miércoles el técnico hizo hincapié en renunciar a la elaboración, en jugar rápido hacia adelante, aunque para ello fuera preciso perder precisión en los pases. Les pidió que se saltasen la transición incluso más que en el clásico del 10 de diciembre.
Otras derrotas en clásicos precedentes encontraron a Mourinho firme en el vestuario lanzando arengas a sus hombres. La última vez (1-2) fue diferente. No dijo nada. Rehuyó el contacto con la plantilla y el ambiente en las duchas era fúnebre. Propio de un grupo dividido por la crisis de identidad. "Si reniegas del balón contra el Barça acabas fundido de tanto correr porque no puedes parar de hacer la presión en bloque con ocho jugadores, permanentemente", decía uno de los perdedores. "Así acabas cansándote más, abriéndote, y encajando goles como el de Abidal".
La crisis del clásico del miércoles comenzó a gestarse en el clásico que lo precedió. Acabado el 1-3, el 10 de diciembre, lo primero que hizo Mourinho cuando bajó al vestuario fue reprochar a los jugadores por la derrota. "¿No queríais jugar al ataque?", les espetó. "¡Pues ahí lo tenéis!". El técnico había sacrificado a Khedira para poner a Özil en un acto que pretendió ser una concesión a la sensibilidad del equipo, sobre todo del grupo español. Ante el fracaso les echó en cara la fórmula. Los jugadores, entre ellos, atribuyeron la derrota a la súbita alineación de Coentrão en el lateral derecho. "El Barça tuvo suerte porque nosotros jugamos con Coentrão", bromearon.
En los días que siguieron al 1-3 los futbolistas notaron que el entrenador se distanciaba. Como si estuviera resentido con ellos. Como si se sintiera traicionado. La sensación de desconfianza arraigó. Los jugadores creen que Mourinho sospecha de la lealtad de todos y que para vigilarlos envía a Karanka, Rui Faria y Morais, sus ayudantes, cada vez que se forma un corrillo. El fenómeno se reproduce puntualmente cuando se reúnen a hablar en grupo. Siempre aparece un ayudante en las inmediaciones y se hace el distraído, o intenta meter baza para poner la oreja. El clima es asfixiante. La mayoría de la plantilla, sin embargo, evita los conflictos. Los futbolistas saben que para tener minutos de juego, para asegurar su futuro profesional y vivir tranquilos, lo más conveniente es hablar bien de Mourinho en público. Se sienten débiles ante el jefe porque dicen que cuenta con el respaldo incondicional del presidente, Florentino Pérez. "No podemos ir contra Mou", asegura un miembro de la plantilla, "porque Florentino lo protege".
La división original de la plantilla, entre los representados por Jorge Mendes y el resto, no ayuda a cohesionar a un grupo que ahora cree mayoritariamente que con este cuerpo técnico el futuro será desagradable.
Mourinho se ha esforzado por hacer sentir a sus jugadores el peso de su resentimiento. En el descanso de la ida de los octavos de final de la Copa, contra el Málaga, reunió a los jugadores y les habló con un aire teatral de supremacía. Dice un miembro de la audiencia que normalmente "va de divino". Aquella noche en su expresión se reforzó esa convicción interior, esa idea de que sus subordinados deben estar a la altura para ser dignos de él. Se habían ido al descanso con un 2-0 después de encajar dos goles a balón parado, en la ida de los octavos de Copa contra el Málaga, y el técnico estaba inflamado. Se dirigió a Casillas responsabilizándole del resultado y lanzó una amenaza general. Les dijo que habían vuelto fuera de forma de las vacaciones de Navidad y que estaba dispuesto a denunciarlos en público. Según uno de los asistentes, su amenaza resultó asombrosa: "Daré los nombres a la prensa".
Casillas suele ser un tipo pacífico. Excesivamente pacífico, según algunos de sus compañeros. En esa ocasión, sin embargo, tuvieron la impresión de que le faltó poco para abalanzarse sobre el entrenador. La ira del capitán resumió el agotamiento creciente de la plantilla ante un líder que ha hecho de la presión ambiental una rutina y en el que la mayoría ha dejado de creer. Los clásicos del último año contribuyeron a desgastar la relación en ambos sentidos. Si el 5-0 alteró para siempre los procedimientos del técnico, el 1-3 del 10 de diciembre culminó con el ciclo. Ese día Mourinho se despreocupó por lo que pensaran sus futbolistas y, harto de que le cuestionaran, furioso porque muchos no dejaban de mirarle como a un extraño, resolvió imponer sus criterios hasta las últimas consecuencias. El último clásico es la conclusión.
Correcto.Sagan escribió:
Bueeeeno... por lo menos ahora ya sabemos lo que le pasó a la Duquesa de Alba.Edmore escribió:Coño, que cara se le quedó.
Casillas sufre una reacción alérgica: "Parece que me he peleado con Rocky Balboa"
No se os ocurra entrar en el tuiter de Pepe. Yo he entrado hace un rato y ha salido una mano de la pantalla que me ha dado una hostia. Ya no vuelvo a entrar más, avisados estáis.