" El amor había transformado a Juanito, su alma vestía también nuevos trajes, y desde que era novio de Tonica parecía como que despertaban sus sentimientos por primera vez y adquiría otros completamente nuevos. Hasta entonces había carecido de olfato. Estaba segurísimo de ello; y, si no, ¿cómo era que todas las primaveras las había pasado sin percibir apenas aquel perfume de azahar que exhalaban los paseos y ahora le enloquecía, enardeciendo su sangre y arrojando su pensamiento en la vaguedad de un oleaje de perfumes? No era menos cierto que hasta entonces había estado sordo. Ya no escuchaba el piano de sus hermanas como quien oye llover; ahora la música le arañaba en lo más hondo del pecho, y algunas veces hasta le saltaban las lágrimas cuando Amparito se arrancaba con alguna romanza italiana de esas que meten el corazón en un puño. El muchacho, antes tan sólido y bien equilibrado, mostrábase inquieto y nervioso, lloraba a solas por cualquier cosa o se entregaba a expansiones infantiles; pero, a pesar de esto, era más feliz que nunca. Su antigua vida parecíale la existencia soñolienta de una bestia amarrada a la estaca, rumiando la comida o durmiendo, sin noción alguna de un más allá.
(...)
Sus diversiones eran siempre las mismas. Iban a donde va la gente que no quiere gastar dinero, y se los veía por el pretil del río, camino de Monteolivete, los dos jóvenes delante, hablando tranquilamente, mientras se acariciaban con la mirada, y detrás, Micaela, con aire de inconsciente, abismada en el crepúsculo eterno que la envolvía y levantando la cabeza, sin sentir la menor molestia por los rayos del sol, que se quebraban en sus ojazos hermosos y muertos. "
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma ¿quién
quién amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Vientos del pueblo me llevan
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Elegía
(En Orihuela, su pueblo y el mío se me
ha muerto como el rayo, Ramón Sijé,
a quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo voy
de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras,
rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas
secas y calientes.
Quiero mirar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas,
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
Umbrío por la pena
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
Como el toro he nacido para el luto
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
*Todos los poemas están expuestos simplemente con fines educativos.
Pablita Aimar21 escribió:Y, por último, un regalito:
Beso. Robert Doisneau
Ehhhh, como lo sabia que la pondrias... :D :D
Bueno,mi pequeña aportación, recomendado a todos pero en especial para ti Pablita, ya que es un reto para comprenderlo.
El vagabundo de las estrellas.de Jack London
Quizá, una de las más originales, crueles, sádicas, hermosas y despiadadas de las que he leído en mucho tiempo.
El protagonista es Darrell Standing, un ingeniero agrónomo que última los detalles de su novela autobiográfica, relatando sus vivencias en una “agradable” prisión de San Quintín de principios del S.XX, desde su celda en el pasillo de la muerte, donde en breve, será ejecutado en la horca por asesinato. Para más inri, el personaje está basado en la vida de Ed Morrell quien realmente paso cinco años de su vida totalmente incomunicado.
Standing, vive una vida apacible, junto a su mujer, hasta que, un día, en un ataque desorbitado celos, la fiebre roja lo llama él, asesina a un compañero de facultad, de la que era profesor de agricultura.
Es condenado a cadena perpetua e ingresado en la prisión de máxima seguridad de San Quintín, donde conocerá a su verdadero verdugo, el alcaide Atherton que le castigará, por un incidente que no cometió, a pasar cinco años en una celda de incomunicación, en la más profunda de las oscuridades y sometido a sesiones de varios días, enfundado en una camisa de fuerza.
A pesar de todo, Standing mantiene su cabeza despejada, liberándose de la prisión del cuerpo, viajando a través del tiempo y del espacio y convertirse en un vagabundo de las estrellas, reviviendo vidas pasadas, aventuras de otros tiempos.
El libro es a la vez, una crítica feroz al funcionamiento del sistema penitenciario de la época y sobretodo, un alegato a favor de la abolición de la pena de muerte, por un lado y por el otro, están las vidas de Darrell Standing. Entre sesión y sesión de paliza y camisa de fuerza, sus viajes a través de las estrellas, nos sumergen en aventuras de épocas pasadas, el lejano oeste, los inicios de la civilización, los barcos de piratas, los descubridores de nuevos mundos, el imperio del sol naciente. Una tras otra nos presentan a mujeres hermosas, valerosos príncipes, guerreros, emperadores, vaqueros, indios, nativos, selvas, áridos desiertos, etc. Todos los ingredientes de las novelas de aventuras plagadas de lecciones, moralejas, amores, desamores, guerras, descubrimientos, tempestades, paraísos, propias de cualquier quinceañero pero que a la vez, te sumergen en otros mundos, un estímulo a la imaginación. Como lo son casi todas las novelas que he leído de London. Es una historia peculiar, difícil de enganchar pero que una vez que estás metido, te transmite muchas sensaciones y algún que otro momento de bajón moral. Una especie de la bella y la bestia.
Biografia
John Griffith London nació en San Francisco en 1876.
Era hijo de un astrólogo ambulante, al que no conoció, y su madre era espiritista, se casó con John London unos meses después del nacimiento del niño- de quien el escritor tomó el apellido.
Realizó estudios secundarios mientras trabajaba. Realizó diversos oficios, incluso fue marino.
En 1897 viajó a Alaska.
De regreso a su ciudad natal, comenzó a escribir los relatos de sus viajes.
En 1900 publicó "El hijo del lobo" que fue muy bien acogido por el público. Escribió más de medio centenar de obras.
También fue corresponsal de guerra.
Su vida fue azarosa, llena de contradicciones, agitador político, dado al alcoholismo, con fracaso en sus dos matrimonios.
Jack London se suicidó a los 40 años.
Entre sus obras están:
El hijo del lobo (1900)
La llamada de la selva (1903)
Los de abajo (1903)
El lobo de mar (1904)
Colmillo blanco (1906)
John Barleycorn (1913)
El vagabundo de las estrellas (1915),
Sin duda una de todas esta es mi favorita, dificil de encontrar pero merece la pena buscarla.. Si te gusta R.L. Stevensson, esta obra no la puedes dejar escapar.
Impulsado por la nostalgia, Oki Toshio decide viajar a Kyoto para oír sonar las campanas del templo en el Año Nuevo. Pero, además, quiere ver a Otoko, su antigua amante, ahora pintora. Todavía hermosa, Otoko vive con su protegida Keiko, una joven amoral, sensual y apasionada de apenas veinte años. Keiko desencadenará este cruel drama de amor, venganza y destrucción. Yasunari Kawabata, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968, se ha consagrado como uno de los más distinguidos novelistas japoneses. A los setenta y dos años de edad, se quitó la vida sin dejar ninguna explicación. Lo bello y lo triste es el testimonio póstumo de la maestría de la maestría psicológica, del virtuosismo y de la originalidad de su obra.
Hay muchas maneras de matar. Pueden meterte un cuchillo en el vientre. Quitarte el pan. No curarte de una enfermedad. Meterte en una mala vivienda. Empujarte hasta el suicidio. Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo. Llevarte a la guerra, etc... Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.
Hubo otras, muchas más. La guerra que vendrá no es la primera. Hubo otras guerras. Al final de la última quedaron vencedores y vencidos. Entre los vencidos, el pueblo llano pasaba hambre. Entre los vencedores, el pueblo llano la pasó también.
En el ejercito somos todos iguales. Por la cocina sabréis si es verdad. En los corazones debe haber el mismo valor. Pero en los platos hay dos clases de ranchos
Everybody knows that the boat is leaking
Everybody knows that the captain lied
Leonard Cohen
...
La NOSTALGIA es la única distracción para quien no cree en el futuro. Jep Gambardella
Vino el que yo quería,
el que yo llamaba.
No aquel que barre cielos sin defensas,
luceros sin cabañas,
lunas sin patria,
nieves.
Nieves de esas caídas de una mano,
un nombre,
un sueño,
una frente.
No aquel que a sus cabellos
ató la muerte.
El que yo quería.
Sin arañar los aires,
sin herir hojas ni mover cristales.
Aquel que a sus cabellos
ató el silencio.
Para, sin lastimarme,
cavar una ribera de luz, dulce en mi pecho,
y hacerme el alma navegable.
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos acabando:
contad si son catorce y está hecho.
*Este soneto fue los primeros poemas que me aprendí en el cole y aún lo recuerdo de memoria
Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por donde he venido,
me espanto de que un hombre tan perdido
a conocer su error haya llegado.
Cuando miro los años que he pasado,
la divina razón puesta en olvido,
conozco que piedad del cielo ha sido
no haberme en tanto mal precipitado.
Entré por laberinto tan extraño,
fiando al débil hilo de la vida
el tarde conocido desengaño;
mas de tu luz mi escuridad vencida,
el monstro muerto de mi ciego engaño,
vuelve a la patria, la razón perdida.
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?
¡Oh. cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
"Alma, asómate agora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía!"
¡Y cuántas, hermosura soberana,
"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana!
También recomendadísimas las obras de teatro de Lope, sobretodo recomiendo ir en Julio a Almagro, al Festival Nacional de Teatro Clásico a ver las representaciones que hace la Compañía Nacional de Teatro Clásico (sobretodo) en el Hospital de San Juan, aunque también en el Corral o en el Claustro de los Dominicos se representan obras de Lope algunos años, pero de otras compañías.
Algunas obras reseñables:
El Castigo sin venganza.
El Caballero de Olmedo.
La Dama Boba.
Fuenteovejuna.
El Perro del Hortelano.
Peribáñez y el Comendador de Ocaña.
Y os dejo el enlace al Festival, por si a alguien le interesa acercarse este veranito por Almagro:
Ahora dos obras de obligada lectura para estudiantes de historia (me las leí en primero de carrera para las asignaturas de Prehistoria y Prehistoria-Protohistoria de la Península Ibérica), aunque son muy interesantes y fáciles de leer para todos los públicos :
El Collar del Neanderthal, de Juan Luis Arsuaga.
Sinopsis:
Los neandertales, miembros de una humanidad paralela que evolucionó en Europa durante cientos de miles de años, constituyen un sorprendente espejo en el que mirarnos y, por contraste, conocernos mejor a nosotros mismos. Tenían capacidad para fabricar útiles de piedra al modo de los cromañones, es decir, los hombres actuales; también poseían lenguaje y rituales funerarios. Eran humanos no solo en el sentido de pertenecer a nuestro mismo grupo evolutivo, sino también en el más espiritual de las creencias y los sentimientos, en el de la mente. Sin embargo, los neandertales no desarrollaron nuestra especialización extrema en la producción de simbolos. Eran más realistas, si se quiere, lo que los hace inferiores.
El pulso entre neandertales y cromañones duró miles de años. Quizá la ventaja definitiva se la concedieran a nuestros antepasados sólo dos factores: inventaron y perfeccionaron una nueva forma de fabricar utensilios y, aunque no estaban mejor adaptados biológicamente al frio que sus rivales, sino todo lo contrario, cuando el estable mundo mediterráneo se vio afectado por el deterioro climático, sus sistemas de símbolos les permitieron pegarse al terreno y formar alianzas para sobrevivir e imponerse.
Hay en este relato de vida y muerte, de emergencia de la conciencia humana, un tercer actor sin el cual el drama es ininteligible: la naturaleza, ese hogar comun tan amenazado hoy.
La Especie Elegida, Arsuaga y Martínez
Sinopsis:
¿Es el hombre «la especie elegida», la consecuencia necesaria de la larga marcha de la evolución? ¿Es, por el contrario, un accidente, el resultado de una de tantas opciones posibles en la historia de la vida? ¿Qué fue antes, un ser bípedo o un ser inteligente? ¿Desde cuándo hablan los seres humanos? ¿Eran monógamos nuestros antepasados, cómo vivían, de qué se alimentaban? Este libro ha sido concebido para dar respuestas a estas y a muchas otras preguntas acerca de nuestros orígenes. Con el rigor científico que se espera de investigadores de primera fila mundial, Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez nos ofrecen en La especie elegida la mejor y más documentada síntesis acerca del enigma del hombre.
Ostras Pablita, gracias por estos dos últimos. A ver si los puedo conseguir en papel, y si no, a tirar de mula y de PDA.
¿Estudiaste historia? Porque tienes alma de filántropo.
marina escribió:Ostras Pablita, gracias por estos dos últimos. A ver si los puedo conseguir en papel, y si no, a tirar de mula y de PDA.
¿Estudiaste historia? Porque tienes alma de filántropo.
Sip, estudié Historia hasta 4º y la dejé colgada porque me defraudó y me aburría, no me llenaba nada el modo de estudiar y aprender de la Universidad... pero pienso acabarla algún día
Pablita Aimar21 escribió:
Sip, estudié Historia hasta 4º y la dejé colgada porque me defraudó y me aburría, no me llenaba nada el modo de estudiar y aprender de la Universidad... pero pienso acabarla algún día
Muchos compañeros nos estamos sacando la carrera a trompicones ya; lo cierto es que cuarto y quinto de Historia del arte son los peores años de carrera. Todas las troncales menos cine, son aburridísimas, fuentes, filosofía y música; yo ya estoy muy harta y tengo unas ganas locas de acabar y poder irme a magisterio.
La verdad es que los últimos años se hacen cansinos y más sin alicientes para seguir. Yo me esperaba otra cosa de la Universidad, un sitio más abierto al debate, a las opiniones, donde enriquecerse culturalmente y como persona... y me encontré un instituto pero a lo grande, donde los profesores te perseguían viendo si faltabas o no, donde lo único que hacías era copiar apuntes como loco para luego plasmarlos al pie de la letra en los exámenes...
Lo dicho, me defraudó y me aburrió sobremanera, lo vi un puro trámite más para alcanzar un título y buscarte un trabajo, triste como ello solo.
Para ir acabando hoy el día, os dejo la parte más conocida de obra maestra de la literatura:
La Vida es Sueño, Pedro Calderón de la Barca.
Segismundo:
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!);
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende; y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
*Uff, lo leo y se me ponen el vello de punta. La he visto representada dos veces en el Festival Nacional de Teatro Clásico de Almagro, excelente, emocionante, lo mejor :!:
Beatriz y los cuerpos celestes, de Lucía Etxebarría.
Biografía y obra Lucía Etxebarría:
Escritora española. Nació en Valencia, pero posteriormente fijó su residencia en Madrid, donde cursó estudios de Ciencias de la Información. Ha desempeñado diversas actividades profesionales, como traductora, intérprete, camarera, promotora de discos y jefa de prensa en varias empresas multinacionales. Colabora habitualmente en diversos medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, y es autora también de varios guiones cinematográficos. Publicó su primer libro, La historia de Kurt y Courtney: aguanta esto, en 1996, sobre la relación de Kurt Cobain y Courtney Love, exponentes del movimiento grunge. Un año más tarde apareció su primera novela, Amor, curiosidad, prozac y dudas. En ella se perfila el universo narrativo desarrollado en obras posteriores por la autora: temática y ambientación propia del contexto urbano de la España de la década de 1990, reflexión sobre la identidad femenina y visión feminista de la mujer actual, así como una exploración intimista y libre del erotismo. Siguieron Beatriz y los cuerpos celestes, novela por la que obtuvo el Premio Nadal en 1998, y, un año después, Nosotras, que no somos como las demás, escrita a partir de relatos entrelazados. En 2000 apareció el ensayo La Eva futura. La letra futura, donde reflexiona sobre la mística de la feminidad y la literatura. En 2001 obtuvo el Premio Primavera de Novela con De todo lo visible y lo invisible. En 2003 publicó Una historia de amor como otra cualquiera, 15 relatos protagonizados por mujeres y vinculados entre sí de modo que confieren al conjunto un carácter unitario. http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2599
Sinopsis en la red:
La novela recrea el ambiente nocturno del Madrid que habitan los jóvenes que se van de marcha en busca de drogas, ambiente, compañía y algo que hacer, mientras narra la historia de una mujer para la que 'el amor no tiene sexo'.
Beatriz, nuestra protagonista nos presta sus ojos y corazón para que experimentemos el amor paterno filial, heterosexual, homosexual y el que nace desde el espíritu, aquel que no distingue en el sexo. Mónica, Cat y las madres de Beatriz y Mónica, son las mujeres en la vida de Beatriz y a través de las que vemos las diferentes caras de la historia femenina que se construye no sólo en Madrid o Edinburgo, ciudad en donde también se desarrolla la historia, sino en todas las ciudades del mundo.
Beatriz y los cuerpos celestes nos abre las puertas a un conglomerado de sensaciones encontradas, de seres que luchan por encontrar afectos limpios y puros que no les provee su familia, y que al encontrarlos se les hace difícil identificar. Es, además, un viaje al mismo centro de la adolescencia y el viaje atropellado y traumático que todo ser humano experimenta hacia la adultez en donde espera hallar las respuestas a todas sus interrogantes para tener que enfrentarse a mil interrogantes más. http://www.plazaboricua.com/anil/tiempo ... el2_3.html
Fragmento "Beatriz y los cuerpos celestes":
" Tomarla en mis brazos, besar aquel trozo de piel donde el cabello dorado se convertía en una pelusilla blanca y sedosa. El perfume dulzón mezclándose con otro aroma, el mío; su mano que descansa en mi vientre, y las puntas de sus dedos que descienden tamborileando hacia la cumbre de mis muslos; abrir las piernas y adelantar las caderas; rodar y revolcarnos enredadas en una masa de brazos y piernas; estremecimiento salvaje y la habitación que se fragmenta en trocitos y se disuelve. "